La rebelión de los jardineros: los empleados de Carlos III se plantan contra el rey por sus exigencias y bajos salarios
Siguen los problemas para el monarca británico.

Además de Clarence House, la residencia de Carlos III cuando está en Londres, el rey tiene su particular paraíso en Highgrove House, una mansión en el campo en el condado de Gloucester que diseñó a su gusto durante sus años como príncipe de Gales.
La casa tiene un espléndido jardín fruto de la pasión por la naturaleza del monarca británico, que ahora está en el punto de mira después de sus empleados se rebelaran contra él.
Tal y como ha publicado The Times en un extenso reportaje, algunos jardineros que trabajan para el rey en esta residencia privada se han puesto en pie de guerra ante las duras condiciones de trabajo. De hecho, el diario británico asegura que en los últimos tres años 11 de los 12 jardineros del monarca han dejado su puesto de trabajo.
Uno de los motivos de este descontento es el salario, más bajos en otros jardines con unas características similares. “Es como si te dijeran: deberías estar agradecido de que te hayamos dado un trabajo, y trabajas para el rey", lamentó una de las fuentes a The Times.

Además de las condiciones económicas, el trabajo del día a día y las exigencias de Carlos III también han hecho que los jardineros quieran abandonar su puesto. Según las fuentes consultadas con el periódico, el monarca es excesivamente meticuloso con las flores y plantas de su jardín y esto complica todavía más el trabajo de sus empleados.
En el reportaje se relatan varias situaciones, como correcciones gramaticales o el despido de uno de los responsables de los jardines al no superar el período de prueba por no conocer el nombre de una flor. Según una de las fuentes, el monarca habría reaccionado con un "aparta a ese hombre de mi vista".
Según informa The Times, los problemas de personal ya se han convertido en un impedimento para la gestión de los jardines y a finales de 2023 la Fundación del Rey encargó una auditoría externa para intentar solventar la situación, proponiendo mejoras salariales y de las condiciones, algo que por lo que cuenta el periódico británico no ha sucedido.
