Las polémicas menciones familiares del rey Juan Carlos en sus memorias: lo que opina de la reina Sofía, de Felipe y Letizia y un consejo para Leonor
Aunque la biografía del rey emérito se llama 'Reconciliación', con las palabras que dedica a algunos de sus familiares no parece que vaya a lograr un acercamiento.
Las biografías suelen generar interés. Por mucho que se sepa sobre un personaje histórico o famoso, siempre hay algo que se escapa, que no se conoce y que se quiere saber. También es interesante conocer su punto de vista sobre su propia vida. Si los demás han hablado de ella... ¿por qué no puede hacerlo el protagonista?
Cuando se anunció que el rey Juan Carlos iba a publicar sus memorias, muchos recordaron que ya había dictado su biografía a José Luis de Vilallonga, aunque aquello fue a principios de los 90. Otros pensaron que se habían lanzado ya innumerables libros sobre la vida del que fuera rey de España, lo cual es cierto. Aunque en este caso se trata de unas memorias escritas por él mismo, con la inestimable ayuda de Laurence Debray, y que llegan en el ocaso de su existencia y con grandes escándalos a sus espaldas.
Con el título Reconciliación quizá Juan Carlos de Borbón busca reconciliarse con España y con los españoles, al menos con los que no quieren saber nada de él después de conocer que no es el hombre que se creían que era. Si lo consigue o no, ya se verá, pero lo que difícilmente va a lograr con este libro es acercar posturas con los miembros de su familia de los que más apartado está.
Y para muestra los adelantos en forma de reportajes y entrevistas que aparecieron en la prensa francesa a finales de octubre de 2025, justo antes del 20 cumpleaños de la princesa Leonor y a pocos días de la publicación de la biografía en el país vecino. Para leerla en España habrá que esperar a la primera semana de diciembre debido a que Planeta retrasó el lanzamiento hasta que pasara la celebración del 50º aniversario del regreso de la monarquía.
De todos modos en los adelantos en Le Figaro, Paris Match y Le Point ya se ha podido ver por dónde van los tiros. El rey Juan Carlos habla bien del dictador Franco, suelta frases como "di libertad a los españoles al establecer la democracia, pero nunca pude disfrutar de esa libertad para mí", relata que Alfonso Armada le traicionó el 23F porque "convenció a los generales de que hablaba en mi nombre", y hasta menciona a Lady Di, de la que dice que era "fría, taciturna y distante, salvo en presencia de los paparazzi", negando además que hubieran tenido un affaire.
Pero al margen de todo eso llama la atención lo que comenta de algunos miembros de su familia, de la familia real. A quien atiza verdaderamente es a la reina Letizia. Deja claro que lo que todos sabíamos es cierto: suegro y nuera no se soportan. Y como ejemplo lo que dice de ella en Reconciliación: "La entrada de Letizia en la familia no ayudó a la cohesión de nuestras relaciones familiares. Hice todo lo posible para superar nuestras diferencias, le dije que tenía abierta la puerta de mi despacho, pero nunca vino". Lo que sí señala como positivo es la buena educación que ha dado a Leonor y Sofía.
De su hijo Felipe VI señala que le "ha dado la espalda por deber" y que cuando se enteró de que se exiliaba le llamó cuando estaba en el avión: "'¿Adónde vas, jefe? ¿A Londres?' La gente me llama jefe. No creo tener una personalidad autoritaria, pero sin duda refleja la estructura jerárquica de la Casa Real y la familia. Como muestra de respeto, mi hijo me llama así, aunque en privado sigo siendo papá. 'No, a Abu Dabi'. 'Cuídate'". Esa fue su última conversación en mucho tiempo.
En Paris Match indican que “el rey Felipe parece haber olvidado a quién debe su trono y que a veces le envía mensajes mordaces instándole a mantenerse alejado, alentado en esto por su esposa, la reina Letizia, quien ha roto todo vínculo y se niega a que sus hijas se comuniquen con su abuelo". De este modo, se acusa a Letizia de estar detrás del distanciamiento de Juan Carlos con su hijo y sus nietas. Y aunque va a por Letizia y disculpa más a Felipe, también tiene para él: "Entiendo que como rey deba mantener una postura pública firme, pero sufrí su insensibilidad".
Desde su exilio a Abu Dabi en agosto de 2020 apenas ha visto a la reina Sofía, a los reyes Felipe y Letizia y a casi todos sus nietos menos a Froilán, su favorito y el que reside allí cerca de él. También ve con frecuencia a sus hijas Elena y Cristina, que viajan a Abu Dabi para estar con su padre. Dice el rey emérito, algo que odia, prefiere ser llamado rey padre, que doña Sofía trató de visitarle, pero que optó por no hacerlo para no perjudicar a su hijo Felipe.
Pero aunque apenas se han visto y pese a sus problemas matrimoniales, o mejor dicho, a que no son realmente un matrimonio desde hace décadas, para la reina Sofía solo tiene buenas palabras. De hecho es la que mejor parada sale: "No tiene igual en mi vida y así seguirá siendo, aunque nuestros caminos se hayan separado desde mi partida de España… Sigue siendo la madre de mis hijos, una reina extraordinaria y un vínculo emocional fundamental e irremplazable. Es una mujer excepcional, íntegra, bondadosa, rigurosa, devota y benevolente. La personificación de la nobleza de espíritu. No le gusta que la llame 'gran profesional', pero España no podría haber tenido una reina más devota e irreprochable. Somos diferentes, pero compartimos el mismo sentido del deber", expresa sobre Sofi, que es como le llama.
Juan Carlos de Borbón lamenta no ver a sus nietas Leonor y Sofía y no tener apenas contacto con ellas. Como detalla La Vanguardia, lamenta también que Leonor y Sofía no tenga tanto trato con su abuela Sofía porque "les podría haber transmitido todas sus experiencias y conocimientos". Además, para la princesa Leonor tiene un mensaje que le manda a través del libro porque apenas la ve y no habla con ella: "Que confíe en sí misma, que cumpla su deber con simpatía y benevolencia, que sea garante del respeto a la Constitución española".
Asimismo, Juan Carlos de Borbón habla de parientes que no están interesados en él y pide poder volver a España y recuperar su vínculo con su hijo: "Verse obligado a desarraigarse y aislarse al final de la vida no es fácil. Estoy resignado, herido por un sentimiento de abandono. No puedo contener mis emociones al pensar en ciertos familiares para quienes ya no importo, y especialmente en España, que tanto echo de menos. Lo que más deseo, mientras viva, es tener un retiro tranquilo, restablecer una relación armoniosa con mi hijo y, por encima de todo, regresar a España, a casa". Con este libro y lo que cuenta en él, quizá lo va a tener complicado.