Que se preparen los 'royals'... otra vez: las polémicas entrevistas que vienen para la familia real española y la británica
Con la entrevista del rey Juan Carlos I reciente y la de Harry y Meghan con Oprah Winfrey todavía en el recuerdo, se avecinan más.

Las entrevistas a personas de la realeza que lo son o bien por nacimiento o bien por matrimonio suelen generar interés, sobre todo cuando quien la concede tiene una historia que contar y sobre todo cuando no es tan habitual que se abra de esa manera.
Lady Di lo hizo, también Harry y Meghan, y desde luego sus declaraciones fueron polémicas. Del "éramos tres en mi matrimonio" que expresó la princesa Diana, a las acusaciones de racismo de los Sussex a la familia real británica, entre otras muchas cosas poco positivas que dijeron de los Windsor. Además, Harry y Meghan volvieron a la carga con su docuserie en Netflix, sumado a diversas entrevistas del hijo de Carlos III que coronó, y nunca mejor dicho, por una biografía en la que los grandes perjudicados fueron su madrastra, la reina Camilla, y su hermano Guillermo. Ellos son precisamente y no por casualidad sus grandes enemigos dentro de la familia.

Así, las entrevistas suelen ser lucrativas para los que los royals que las conceden y para quiénes las realizan, y los que suelen salir perjudicados son los parientes de los que hablan. De todos modos a veces la vida sorprende, y si se esperaban grandes bombazos contra su familia, Juan Carlos I trató de rebajar el tono en la entrevista que concedió al periodista Stéphane Bern y que se emitió en France 3.
Parece que después de lo a gusto que se quedó en sus memorias, quiso en esta ocasión hacer promoción del libro sin despacharse contra los suyos. De hecho, para Felipe VI fueron todo alabanzas, mientras que para Letizia ni una sola palabra. Ella, con la tiara Cartier puesta en el momento de la emisión de la entrevista, lo agradecería.
Pero dejemos el pasado para concentrarse en un futuro que puede traer más disgustos a dos casas reales tristemente acostumbradas a los escándalos, aunque una más que la otras. Con La Zarzuela temblando por la publicación de las memorias del emérito en España, aunque ya menos porque salieron en Francia semanas antes y ya saben lo que les espera, viene otra entrevista que sabían que podría llegar en algún momento.
Se trata de Iñaki Urdangarin. El exjugador de balonmano estaba acostumbrado a hablar con la prensa debido a su carrera deportiva. Ya como marido de la infanta Cristina acudió a Lo más Plus, donde fue entrevistado por Fernando Schwartz. Al estar casado con Anna Alessandra Marone-Cinzano, prima hermana del rey Juan Carlos I, fue fácil convencerle. Muchos pero muchos años después, cárcel y divorcio mediante, habló con Juanma Castaño para El Partidazo de la Cope, y no quedó muy contento.

Podría pensarse que salió escaldado, pero Urdangarin lo ha vuelto a intentar. Primero lo hizo en La Vanguardia para presentar Bevolutive, la empresa de coaching que ha montado para encontrar una salida profesional, y el 11 de diciembre de 2025 se emite una entrevista que promete dar titulares, aunque tampoco será al estilo Harry y Meghan porque Urdangarin no quiere hacer daño a sus hijos. Si critica demasiado a la que fuera su familia, Juan, Pablo, Miguel e Irene pueden salir perjudicados y resentirse la relación paternofilial. Y eso es una línea roja para el exjugador de balonmano.
La entrevista en cuestión es para el programa Pla Seqüència de TVE en catalán (La2Cat), presentado por Jordi Basté, un reputado periodista muy amigo de Urdangarin. Se trata de 55 minutos sin cortes, de ahí el nombre del formato, grabados en un coche. Es una conversación entre ambos en los que saldrán temas polémicos y otros no tanto.

En La Zarzuela no gustará porque siempre prefieren la discreción, aunque tampoco pinta que Urdangarin vaya a repartir a diestro y siniestro, sino que será una charla entre amigos en la que Iñaki va a hablar de su vida y de sus proyectos. ¿Qué contará? Pronto lo sabremos. También es posible que sepamos pronto si llega esa biografía que adelantó Pilar Eyre. Si su exsuegro lo hizo, ¿por qué no el exyerno?
Una amenaza llamada Sarah Ferguson
Esta entrevista es una realidad, mientras que hay otra no confirmada pero que preocupa, y mucho, en Buckingham Palace. Con Harry y Meghan ya calmados, aunque solo sea porque ya han contado todo lo que tenían que contar, hay otra amenaza que se cierne sobre la dinastía Windsor.

La caída en desgracia de Andrés Mountbatten-Windsor y Sarah Ferguson ha podido evitar nuevos escándalos a una monarquía muy afectada a nivel de imagen por los desmanes cometidos por el exmatrimonio, pero mientras el hermano de Carlos III, que ha perdido prácticamente todo lo que tenía, puede conformarse con lo que le dé el rey, o quizá poner rumbo a Abu Dabi y aceptar la generosa invitación de la familia gobernante, vamos, como el rey Juan Carlos, Sarah Ferguson tiene otros planes.
La que fuera duquesa de York hasta que Carlos III retiró el título a su hermano perdió sus patrocinios, su trabajo en televisión, su casa, porque tiene que irse del Royal Lodge, y su carrera literaria ha quedado en suspenso. Fergie es famosa por su espontaneidad, pero también por tener un tren de vida que le ha llevado a la bancarrota en varias ocasiones, y para salir de ella ha aceptado el dinero de quien no debía, empezando por Epstein.

Y con Sarah Ferguson sin trabajo, sin casa y repudiada por la familia real británica, la amenaza de que hable es real. The Sun asegura que tiene una oferta de seis cifras para contar su historia en Estados Unidos. No sería la primera vez porque ya se sentó con Oprah Winfrey en 1996 y 2011, y ahora que necesita no solo financiación, sino recuperar su imagen pública, todo apunta a que la entrevista puede llegar a realizarse en algún momento.
Sería su oportunidad para explicar por qué se disculpó con el pedófilo Epstein después de renegar de él públicamente y por qué le llamó "amigo supremo". También podría contar qué sabía y qué no sabía sobre las actividades del criminal sexual con el que tan bien se llevaba el expríncipe Andrés, y de paso sanear su cuenta corriente. Aunque como en el caso de Iñaki Urdangarin, debe medir lo que cuenta y lo que no para no perjudicar a sus hijas, Beatriz y Eugenia, que han logrado salir indemnes, al menos por el momento, del hundimiento de sus erráticos padres.
