La reina Sofía, protagonista ante la ausencia del emérito: halagos, aplausos y el cariño de Letizia y Leonor
Felipe VI ha impuesto este viernes a su madre el Toisón de Oro, la máxima condecoración que puede otorgar un rey.

La familia real se ha reunido este viernes para conmemorar los 50º años de la monarquía en España y celebrar la figura de la reina Sofía, que ha recibido el Toisón de Oro de manos de Felipe VI. Se trata de la máxima condecoración que puede otorgar el rey y también la han recibido el expresidente Felipe González y los padres de la Constitución que siguen con vida, Miguel Herrero y Miguel Roca.
Durante toda la mañana ha habido una gran ausencia, la del rey Juan Carlos I, que no acudirá a ningún acto oficial relacionado con el aniversario pero sí asistirá a la comida familiar que se celebrará este sábado en El Pardo y a la que acudirá la familia Borbón al completo y también parte de la griega.
En plena tormenta por las revelaciones de la biografía del emérito, Reconciliación, la reina Sofía ha sido la gran protagonista de la mañana, recibiendo todo tipo de halagos tanto de los condecorados y su hijo, como de la reina Letizia y sus nietas, Leonor y Sofía.
La heredera ha estado muy pendiente de su abuela durante todo el acto y las cámaras han captado cómo han salido abrazadas y sonrientes del Salón del Trono para desplazarse al Gasparini, donde se han hecho una foto de familia para conmemorar la especial celebración.
Durante un momento, la reina Sofía ha parecido señalar el Toisón de Oro que también llevaba puesto Leonor, que lo recibió de manos de su padre en 2018 como futura reina. La concesión de la condecoración a la emérita es un hito ya que es la única reina consorte que lo ha recibido. Una decisión de Felipe VI en agradecimiento al servicio a la corona de su madre, que ya destacó en 2014 en su discurso de proclamación.
El abrazo con Letizia

Tras reunirse en el Salón Gasparini, la reina Letizia se ha dirigido a su suegra antes de que llegaran los demás protagonistas a hacerse la foto, abrazándola durante unos minutos de manera sonriente. Una estampa familiar muy diferente a la de aquel rifirrafe en la misa de Pascua en la Catedral de Palma, cuando Letizia intentó que la emérita no se sacara una foto con Leonor y Sofía.
Aquella imagen provocó una crisis en la casa real e hizo que se miraran con lupa, todavía más que antes, las interacciones entre las dos reinas. Desde entonces, Letizia se ha mostrado especialmente pendiente de su suegra, al menos en público.

Las relaciones familiares han vuelto a colocarse en el centro del debate en las últimas semanas por las revelaciones de Juan Carlos I, que no ha dudado en lanzar dardos a Letizia.
"La entrada de Letizia en la familia no ayudó a la cohesión de nuestras relaciones familiares. Hice todo lo posible para superar nuestras diferencias porque el éxito de la pareja principesca era una garantía para el futuro de la Corona. Le dije que tenía abierta la puerta de mi despacho, pero nunca vino", escribió el emérito en sus memorias. Esas relaciones, al menos este viernes y de cara al público, no parecen dañadas.
