Los consejos de una dermatóloga para proteger la barrera cutánea cuando llega el frío
La doctora Sara Gómez Armayones destaca que no siempre es necesario cambiar la rutina al completo, sino adaptarla.

Mantener una rutina de belleza personalizada para uno es importante para mantener la salud de la piel durante todo el año, pero cuando llega el frío es todavía más imprescindible. Las temperaturas descienden y a esto hay que sumarle el efecto de las calefacciones, que pueden contribuir a reducir la humedad de los ambientes.
Por eso la barrera cutánea puede alterarse, especialmente en climas más secos y en el caso de personas que utilizan productos más agresivos por patologías concretas. Hemos preguntado a la doctora Sara Gómez Armayones, dermatóloga del GEDET y de Corium Dermatology qué hay que tener en cuenta en esta época del año para que la piel no sufra.
"Un buen estado de la piel requiere una cierta humedad ambiental", destaca antes de nada la doctora. "En los meses más fríos del año o en poblaciones de interior con poca humedad y bajas temperaturas, es habitual observar incremento de casos de sequedad irritación de la piel, tanto facial como corporal y a todas las edades", explica Gómez Armayones.
Cómo saber que tu barrera cutánea está alterada
La dermatóloga señala que la alteración de la barrera cutánea suele provocar ciertos síntomas fácilmente reconocibles en la piel del rostro. "Es habitual observar sequedad, picor, descamación, y en algunos casos dermatitis", comenta la experta.
Gómez Armayones destaca que, en el caso de la dermatitis "suele resolverse de forma espontánea suspendiendo los productos que la han provocado", pero a veces son necesarios "fármacos tópicos para su resolución".
Los cambios en la rutina
Para evitar todos estos problemas, lo más importante es prevenir y, si fuera necesario, hacer algunos cambios en la rutina diaria antes de la alteración de la barrera protectora de la piel. "En muchos casos, la bajada de temperaturas puede requerir asociar ciertos cambios en la rutina cosmética, especialmente en personas que realizan cosméticos con ingredientes activos para fotoenvejecimiento o para acné", detalla la dermatóloga.
"En concreto, pacientes que usan retinoides o hidroxiácidos, pueden necesitar reducir la frecuencia del uso de estos productos, o seleccionar emolientes con componentes más oclusivos", matiza Gómez Armayones. Los retinoides son relativamente habituales en las rutinas de decenas de personas, por lo que esta adaptación que comenta la doctora es fundamental. De lo contrario, la dermatóloga recuerda que "puede implicar la aparición de sequedad e irritación en la piel tratada".
Sobre si hay que tener productos diferentes para las rutinas de invierno y verano, la dermatóloga advierte de que no siempre es necesario y que la decisión "debe individualizarse". "En muchos casos, reduciendo la frecuencia de aplicación de algunos retinoides o ácidos, o incrementando la frecuencia de productos hidratantes, podemos evitar el uso de nuevos productos", concluye Gómez Armayones.
