El zepelín español mejor posicionado como alternativa a los vuelos cortos

El zepelín español mejor posicionado como alternativa a los vuelos cortos

Se espera que estén operativos a partir de los próximos años.

Recreación del zepelín de Air Nostrum

El zepelín está de vuelta y comenzará a operar en España mucho antes de lo que imaginamos. Según confirma Air Nostrum, la aerolínea dio luz verde al proyecto, que tendrá la firma de la compañía británica Hybryd Air Vehicles (HAV), encargada de la fabricación de la aeronave.

La nave con la que se inaugurará el proyecto, bautizada como Airlander 10, es la más grande del mundo y se espera que a partir de 2026 comience a operar en nuestro país, aunque antes tendrán que conseguir el certificado para poder ejecutar el proyecto.

La compañía española se embarcará en este nueva aventura con el objetivo de utilizar los zepelines para viajes cortos -debido a sus limitaciones- dentro del territorio español.

Desde Air Nostrum confirmaron que cuando tengan luz verde comprarán hasta diez de estas aeronaves, que serán las más grandes del mundo -miden 92 metros de largo por los 71 de un Boeing 747- dando el pistoletazo de salida dentro de tres años

En busca de la sostenibilidad

Entre las prioridades y motivos por los que se han dado los primeros pasos a este ambicioso proyecto se encuentra el asunto de la sostenibilidad, ya que, según indica la compañía, es un medio de transporte ideal para rutas cortas, al poder reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2 al tratarse de una nave híbrida y funcionar con helio, mucho más ligero que el aire, lo que le permite volar sin necesidad de grandes motores.

Además, al no poder alcanzar velocidades tan altas como un avión convencional -su máximo estará en unos 130 km/h-, la idea de Iberia es la de destinar su uso a trayectos cortos como puede ser entre Mallorca y Barcelona o Madrid y Valencia.

De esta forma, se espera que el primer Airlander 10 llegue a Valencia en 2026 y que para el año 2030 se hayan puesto en marcha las 10 aeronaves, con capacidad para unos 100 pasajeros.

Otro punto a favor del Airlander 10 se encuentra en que, al no volar a alturas tan elevadas como un avión, no es necesario presurizar la cabina, al mismo tiempo que no requiere una pista de aterrizaje, sino que puede hacerlo en cualquier superficie plana, ya sea tierra o mar.

Por el momento se desconocen más detalles tanto de la operación entre las compañías como de los trayectos que cubrirá y el uso que se le dará, aunque desde Air Nostrum aseguran que será "ideal para cubrir muchas de las rutas más importantes en todo el territorio español".

Por su parte, la Unión Europea lo ve con buenos ojos, ya que lo considera como una gran alternativa para los viajes cortos, así como por la reducción del impacto medioambiental que supone, al reducir significativamente los kilos de CO2 emitidos por pasajero en comparación a un avión comercial, pasando de unos 53 kg a solo 4,5kg por persona, lo que hacen del Airlander 10 un diamante al que le faltan por pulir algunos detalles, pero que en a finales de la década esperan su presentación oficial en España.