El curioso caso del pueblo de Segovia cuyos vecinos siguen lanzando conjuros en secreto
Una práctica que ha persistido a lo largo de generaciones.

En la provincia de Segovia se esconden pueblos de un encanto singular, cada uno con historias y tradiciones que los hacen únicos. Entre callejuelas empedradas y joyas arquitectónicas, se respira un aire cargado de historia que atrae a quienes buscan descubrir la esencia de la España rural. Destaca en particular un pueblo castellanoleonés cuya fama crece al rumor de que sus vecinos continúan practicando antiguos conjuros.
Estamos hablando de Sebúlcor, un peculiar municipio de Segovia que ha captado la atención tanto de lugareños como de curiosos de todas partes. Según diversas fuentes locales, los 254 habitantes que residen en este rincón del parque natural de las Hoces del Río Duratón mantienen en secreto la tradición de lanzar conjuros, una práctica que se dice ha persistido a lo largo de generaciones. Tal es su fama que este lugar ha pasado a ser reconocido como ‘el pueblo de los brujos’.
Este apodo es fruto de una tradición folclórica de conjuros, druidas y curanderos llena de enigmas y secretos. Varios testimonios de residentes aseguran que en el pueblo se solían hacer pociones para curar utilizando únicamente los medios de la naturaleza. De la misma forma, una vecina admite a El Periódico de España que su padre practicaba rituales y que a ella misma le aplicaron con éxito un conjuro para deshacerse de las almorranas cuando estaba embarazada.
Una peculiar identidad
La tradición de los curanderos se remonta siglos atrás en esta villa. De hecho, Sebúlcor fue fundado en el siglo XIII y se cree que el origen etimológico de su topónimo se debe a la palabra latina “sepulcrum”. Aunque hace muchos años eran muy comunes los remedios y los cánticos nacidos de las tradiciones paganas, hoy en día se ha perdido un poco el hábito, aunque hay quienes creen que algunos vecinos continúan lanzando conjuros en secreto.
No obstante, Sebúlcor es mucho más que su fama de ser un pueblo de brujas. Con un colmado, una panadería, varias casas rurales e incluso una pista de pádel a las afueras, este rincón segoviano se consolida como un entrañable destino tanto para visitar como para empezar una nueva vida. Uno de sus edificios más emblemáticos es la iglesia de Santa María Magdalena, una joya arquitectónica que no solo embellece el paisaje, sino que también narra siglos de historia.
Lejos de avergonzarse, los vecinos sienten un profundo orgullo por la fama que les ha otorgado la leyenda de sus antiguas tradiciones. En cada rincón de Sebúlcor se aprecian detalles que rinden homenaje a esta identidad: desde veletas con siluetas de bruja que vigilan los tejados, hasta amuletos y maceteros repletos de hierbas que evocan el encanto de su pasado. También se pueden observar motivos decorativos inspirados en lunas y gatos negros, dos elementos que se asocian a la brujería. Todo ello conforma un ambiente singular que fusiona la historia y el misticismo.