El pueblito de tan solo 67 habitantes donde se encuentra uno de los teatros romanos más grandes de España
Una edificación que demuestra la maestría de los ingenieros romanos.

Durante varios siglos, el Imperio Romano marcó profundamente la historia de la península, dejando una huella imborrable en su cultura, arquitectura y organización social. Ciudades, caminos, acueductos y monumentos como los de Mérida y Segovia, junto con la introducción el latín y el derecho romano, transformaron para siempre el territorio y sus habitantes. En este contexto, Castilla y León alberga verdaderos tesoros romanos que han sobrevivido al tiempo.
Concretamente, Peñalba de Castro se erige como un escenario privilegiado de la Antigüedad por tener uno de los teatros romanos más grandes de España, con una capacidad para más de 9.000 espectadores. Construido durante la época de Tiberio, este cuenta con un diseño que aprovecha la ladera natural de la colina para integrar las gradas, demostrando la maestría de los ingenieros romanos.
La fachada escénica estaba formada por dos pisos, decorados con columnas corintias y esculturas tan famosas como la diosa Fortuna. No obstante, cabe destacar que este espacio no solo albergaba representaciones teatrales y espectáculos, sino que también funcionaba como un lugar de encuentro social y político, reflejando la importancia cultural de la antigua ciudad romana como un centro cultural vibrante.
Un gran legado romano
Peñalba de Castro es un diminuto municipio de Burgos de apenas 67 habitantes, según el censo de 2024, y cuenta con uno de los yacimientos arqueológicos más reveladores del país. Concretamente, este se encuentra en el Alto de Castro, donde se asentó una de las ciudades romanas más importantes de Hispania: Clunia de Sulpicia. Esta fue escenario de eventos históricos cruciales, entre ellos, el refugio y la consolidación del poder de un emperador.
Fue en Clunia donde el noble Servio Sulpicio Galba recibió la noticia de la muerte del emperador Nerón. Este efímero pero influyente guerrero reclutó entonces a la legión VII Gemina y convirtió la ciudad en un cuartel general durante su rebelión en el año 68 d.C. Posteriormente viajó hasta Roma para convertirse él mismo en el nuevo emperador. Por este motivo, Clunia recibió el apelativo de Sulpicia en su honor.
En el yacimiento también podemos apreciar vestigios del foro, donde los ciudadanos se reunían para debatir, comerciar y participar en actividades cívicas. También sobresalen las necrópolis, que nos permiten conocer más sobre las prácticas funerarias del imperio. Además, se han descubierto varias viviendas decoradas con preciosos mosaicos muy detallados que dejan constancia del alto nivel artístico y el gusto refinado de las élites de Clunia.
Hoy en día, Clunia es uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de España y un destino imprescindible para los amantes de la historia antigua. Por ello, Peñalba de Castro demuestra que el valor de un sitio histórico no se mide en número de habitantes, sino en la grandeza de su legado y en la capacidad de convertirlo en un epicentro cultural vivo.