Sus representante habrían mentido al indicar que todos los documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca habían sido devueltos, lo que habría justificado el registro.
El exmandatario está en el foco de la polémica después de que el FBI registrara su mansión de Mar-a-Lago por haberse llevado documentos de la Casa Blanca tras abandonar el poder.
Lindsey Graham, un peso pesado en el partido por Carolina del Sur, azuza el miedo en unas declaraciones que rescatan el fantasma del asalto al Capitolio.
No, no son sólo las cajas con documentos oficiales de Mar-a-Lago: un equipo de expertos informáticos copió registros estados clave como Georgia, Nevada y Michigan.
El FBI recuperó durante el registro numerosos archivos 'top secret' que solo deberían estar en instalaciones gubernamentales, según adelanta 'The Wall Street Journal'.
Insiste en que se está haciendo un uso político de la fuerza de la ley para allanar su propiedad, pero aún así ofrece que se conozcan los documentos de forma "inmediata".
El 'Washington Post' desvela que la redada se debe a la preocupación de que los papeles caigan en malas manos. No se sabe si hablan de armamento de EEUU o de otros países.
Fox desvela que tanto el director del Buró como el responsable judicial viajan ahora con nuevos guardias armados y se está estudiando incrementar su seguridad.
Esta medida ha supuesto una escalada drástica del escrutinio sobre Trump, que se enfrenta a varias investigaciones relacionadas con su conducta en los últimos días de su mandato.
La comisión sobre el asalto al Capitolio no afecta a la imagen del exmandatario, mientras coloca a sus más acérrimos seguidores republicanos en estados clave.
Los republicanos piden explicaciones al Departamento de Justicia, que guarda silencio, y la Casa Blanca insiste en que no sabía que la operación se iba a producir.