Con el control de los puertos de Ucrania, Putin parece tener en su poder una carta inesperada para decantar la guerra a su favor, aunque el precio sea que millones de personas puedan morir de hambre.
Niega la mayor: Rusia no tiene culpa de esta crisis agravada por la invasión de Ucrania y Putin ha hecho propuestas a Nueva York. "Hemos hecho lo que hemos podido", dice.
Lo que le faltaba a una tierra donde el 70% de los hogares no cubren sus necesidades básicas, donde la guerra sigue y los derechos básicos se pisotean a diario.
Hay 30 millones de toneladas de grano bloqueadas en puertos ucranianos por buques rusos, una crisis que eleva "el riesgo de que estallen nuevos conflictos en África”.
En una llamada con el italiano Draghi, dice que está listo para hacer una "contribución significativa", pero Washington le acusa de crear hambre deliberadamente.
"Esta es una consecuencia directa de la agresión rusa, que solo puede ser superada juntos, por todos los europeos, por todo el mundo libre", defiende tras verse con Michel.
Hay males acentuados e impuestos: la llegada de los islamistas ahonda la crisis económica y de recursos ya existente, mientras se persigue a la prensa o las mujeres.
La situación puede tornarse más dramática en los próximos años: se estima que en 2050 la población de la Tierra rondará los 10.000 millones de habitantes.