Totó Riina sembró de bombas y muertos la ciudad, pero Falcone y su colega Borsellino no se amilanaron. Lo pagaron con la vida, pero cambiaron la lucha antimafia para siempre.
Esta es la Sicilia a la que llegan diariamente cientos de personas desesperadas y que los acoge con humanidad y sin protestas. Epicentro de una frontera sur dominada por el Mediterráneo pero que se extiende hasta Canarias en el Atlántico.