Sobre sentimientos y mercancías

Sobre sentimientos y mercancías

Los administradores de la materia, sean gobernantes de lo que crean estar gobernando -países, empresas, familias, etc.-, ¿a qué se enfrentan? ¿a qué nos enfrentamos? Los administradores de los sentimientos, sean políticos, empleados, artistas, amantes..., ¿a qué se enfrentan? ¿A qué nos enfrentamos?

A veces estamos en planos diferentes. Esta es una de esas veces. Vivimos una confrontación desigual. En un lado están los que esgrimen sentimientos para fundamentar nuestras opiniones. En otro lado están los que esgrimen mercancías para validar nuestros puntos de vista.

Desigual confrontación. Pero hay un recorrido desde el sentimiento a la mercancía, porque ambas están relacionadas. Un sentimiento late. Del primer latido se conforma una palabra. La palabra genera una frase, y una frase enarbola un discurso. Un discurso se vuelve un grito, y el grito se convierte en una posición. Lo dice Regina Spektor en una canción de amor, The Call.

Una mercancía es la consolidación de una posición. Es una posición asentada. Esas cosas matéricas que gestionar. Es decir, esas cosas que necesitan orden y regulación.

Pero vienen épocas de tempestades. Lo matérico, la mercancía, se desordena. Múltiples razones para ello: los guardianes del orden han abusado de la confianza de los que tuvieron sentimientos y les eligieron. Los que se nutren de esa confianza en beneficio propio están erosionando la materia compartida. ¿Nos recuerda a algo? Quizás así de sencilla sea la explicación del término corrupción: manifestación del abuso de la confianza de los que administran las cosas colectivas. Término válido para banqueros (crisis financiera por abusos), válido para políticos (crisis política por abusos). Y cuando lo matérico se desordena, vuelven a aflorar los sentimientos.

Y hasta aquí hemos llegado.

Los sentimientos crean ilusión y ese es un caudal de enorme fuerza. Una ilusión que arma el discurso de nuevos procesos de generación de materia. ¿Podemos?, ¿Catalunya?

Los administradores de la materia, sean gobernantes de lo que crean estar gobernando -países, empresas, familias, etc.-, ¿a qué se enfrentan? ¿a qué nos enfrentamos? Los administradores de los sentimientos, sean políticos, empleados, artistas, amantes..., ¿a qué se enfrentan? ¿A qué nos enfrentamos?

Desigual confrontación la que estamos viviendo. Probablemente, la discusión está en qué terreno de juego se tiene que producir el diálogo. ¿En el sentimiento? ¿En la mercancía?