El superávit alemán

El superávit alemán

Este aviso a Alemania da, en general, mayor credibilidad a la nueva gobernanza económica europea y que demuestra la firme voluntad por una mayor coordinación de nuestras políticas macroeconómicas. Tan negativa es la irresponsabilidad fiscal como la falta de solidaridad.

La Comisión Europea ha anunciado la apertura de un procedimiento a Alemania por desequilibrios macroeconómicos positivos, algo que sin duda está causando cierto revuelo en la capital comunitaria.

¿A qué se debe esta situación? La Unión Europea lleva meses trabajando en mejorar su gobernanza económica consciente de la interdependencia que existe entre sus Estados miembros, así como de la necesidad de cooperación.

Hay unanimidad en que debemos evitar que la irresponsabilidad fiscal de algunos Estados Miembros ponga en cuestión la viabilidad del proyecto europeo, como estuvo a punto de ocurrir en el pasado. Pero debemos ser conscientes de que otro tipo de desequilibrios como, por ejemplo el empleo o las burbujas inmobiliarias, pueden tener también efectos sobre la estabilidad de la Unión Económica y Monetaria.

Para mejorar la gobernanza de la Zona euro nos hemos dotado de un paquete legislativo formado por cinco reglamentos y una directiva, conocido como el Six Pack, que establece un sistema de vigilancia fiscal y macroeconómica en aras de mejorar la coordinación económica de los Estados miembros de la Zona Euro.

Para ello, además de vigilar la sostenibilidad de los presupuestos de los países de la Zona euro, el Two Pack y el Six Pack recogen una serie de criterios estrictos para controlar los desequilibrios de los Estados, tanto positivos como negativos, y evitar así posibles efectos perniciosos. La Comisión Europea podrá emitir recomendaciones al país que incurra en un desequilibrio pero, en caso de que éste sea negativo, el Estado también podrá ser sancionado. La gran mayoría de los Estados miembros han recibido recomendaciones de la Comisión por desequilibrios negativos. Ahora le ha llegado el turno a Alemania por su abultado superávit exterior, es decir, por un desequilibrio positivo.

Los expertos no se ponen de acuerdo sobre los beneficios o los perjuicios de reconducir el sector exportador germano. Unos consideran que el exitoso modelo de exportaciones de Alemania tiene efectos secundarios en el resto de países de la Unión, principalmente en la periferia, que lastra su recuperación. Estos efectos podrían llevarnos a un largo período de estancamiento, con una tasa de paro elevada y escasa inflación. Por su parte, otros analistas consideran que la exigencia de corregir el superávit alemán es una política cortoplacista que a largo plazo repercutirá negativamente en la Unión, ya que forzar a Alemania a recortar ventas al exterior no implica que, por ejemplo, Grecia vaya a exportar más.

En mi opinión, no todo es blanco o negro. Estos paquetes de normas europeas, tal y como señaló el Parlamento Europeo, incluyen la vigilancia de déficits y superávits. Además, representa el esfuerzo de la Unión por mejorar su legislación y funcionamiento, es decir, desde un punto estrictamente legal, lo que ha hecho la Comisión Europea abriendo un procedimiento por su abultado superávit de su balanza por cuenta corriente a Alemania es lo correcto. Por otro lado, creo que la Comisión debe ser tremendamente prudente a la hora de forzar una corrección cuando se trata de desequilibrios positivos. Considero, en cambio, que podría beneficiar a todos que Alemania estimulara su demanda interna, por ejemplo mediante subidas del salario mínimo, inversiones en infraestructuras, incentivos a la inversión privada o a través de la liberalización de servicios.

Por lo tanto, creo que Alemania debe poner remedio a la baja inversión interna, tanto privada como pública y que debe ser el objetivo de la recomendación de la Comisión. Además, para España es positivo que Alemania mantenga el alto ritmo de exportaciones, tal y como ha señalado el ministro de Guindos, pues muchos de los productos que exporta requieren de bienes intermedios fabricados en nuestro país.

En cualquier caso, estimo que este aviso a Alemania da, en general, mayor credibilidad a la nueva gobernanza económica europea y que demuestra la firme voluntad por una mayor coordinación de nuestras políticas macroeconómicas. Además, debemos ser conscientes de que tan negativa es la irresponsabilidad fiscal como la falta de solidaridad. Por tanto, es necesario que tengamos una visión de cooperación a medio y a largo plazo. La Unión Europea, aunque cada vez lo parezca más, no es una clase con alumnos que deben hacer los deberes según su comportamiento en el aula. La Unión es, realmente, un equipo que debe luchar de manera conjunta y sin distinciones por objetivos comunes que redunden en nuestro beneficio común y, como tal, debe comportarse acatando las reglas del juego.