¿Qué ha pasado en Melilla?: Imbroda (PP) arrasa en unos comicios marcados por la sombra de fraude

¿Qué ha pasado en Melilla?: Imbroda (PP) arrasa en unos comicios marcados por la sombra de fraude

El popular que ya gobernó esta ciudad autónoma entre el 2000 y el 2019 logra la mayoría absoluta. Fuerte castigo para Coalición por Melilla, que se deja casi la mitad de escaños.

Melilla. Fue el gran vuelco a una campaña electoral convulsa, la guinda que tenía reservada una sucesión de polémicas que comenzó poniendo el foco en Euskadi con la inclusión de condenados por pertenencia a banda armada en listas. La supuesta compra de votos por correo en la ciudad autónoma, por la que fueron arrestadas diversas personas como el yerno del líder de Coalición por Melilla (CpM) -formación en el centro de la diana- e incluso el consejero de Participación Ciudadana y 'número 3' de la lista de CpM. 

Aquello constituyó el detonante de una cascada de denuncias y otras investigaciones en distintos puntos de España. Pero, ¿en qué se ha traducido realmente esa sombra de sospecha? O, en otras palabras, ¿qué ha pasado en Melilla?

De la mano de Juan José Imbroda, el Partido Popular ha arrasado en Melilla. Con un 99,11% del escrutinio completado, el PP se hace con 14 concejales (52,80%), uno más que los 13 que determinan la mayoría absoluta. Coalición por Melilla es la formación que más pierde, dejándose casi la mitad de escaños (18,63%), pero reteniendo la segunda plaza. Pasa de ocho a cinco, una merma de la que tampoco se libra su socio de Gobierno, el PSOE.

Los socialistas de Melilla, con Gloria Rojas a la cabeza, son tercera fuerza (10,65%), pero pierden un escaño para situarse en tres, mientras que Vox crece (pasa del 7,76% al 9,98%) sin lograr aumentar su saldo en la ciudad autónoma y se queda en dos diputados. Ciudadanos, como en buena parte del territorio, desaparece de la ciudad autónoma y le reemplaza SML que irrumpe con un escaño.

Del retorno de Imbroda a la participación

Imbroda no es ningún desconocido en Melilla. Fue el presidente de la ciudad autónoma durante la friolera de casi dos décadas, entre el 2000 y el 2019. En ese último año, un acuerdo a tres bandas entre CpM, PSOE y Ciudadanos le desalojó del poder. Se ha quedado, eso sí, a un solo escaño del récord que obtuvo en la legislatura de 2011 a 2015.

Con todo, y a pesar de la mayoría evidente lograda, estos comicios pasarán a la historia por el efecto que ha tenido la suspensión de buena parte del grueso del voto por Correos tras hallar indicios de compra. Habían solicitado esta modalidad de voto el 21,21 % del censo electoral, en total 11.707 personas. Sin embargo, de ellos habían llegado a votar 5.814, mientras que los 5.893 pasaron a la abstención tras la decisión adoptada por la Junta Electoral.  

Para hacerse una idea de cómo se ha trasladado esta situación, a falta de dos horas para el cierre de los colegios electorales en la ciudad autónoma, tan solo había votado el 36,91%. Equivalía a 7,76 puntos menos que a la misma hora en 2019. A las ocho de la tarde, la abstención se situaba en un 45,63%, mientras que en los anteriores comicios cerró en un 36,6%, casi diez puntos menos.

CpM mantiene que impugnará las elecciones en la ciudad autónoma

Mientras se desarrollan las investigaciones sobre la pregunta trama de compra de votos, es Coalición por Melilla la que ha confirmado que no habrá cambio de planes y tratará de impugnar las elecciones. Un compromiso que anunciaron durante la votación, independientemente del resultado que salga de las urnas. 

Así se pronunció, en declaraciones a los medios, su candidata, Dunia Almansouri, sobre el que ha asegurado que lo acatará por ser la decisión de los melillenses. Con todo, también se comprometió a acatar el resultado electoral. En este sentido, Almansouri se ha referido a la decisión de la Junta Electoral de Zona (JEZ), -ratificada a su vez por la Junta Electoral Central (JEC)-, de considerar como válidos los 761 votos por correo que habían sido depositados en Correos sin DNI hasta el 17 de mayo.

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Soy redactor de actualidad en El HuffPost, donde cada día realizo un seguimiento de todo lo que está pasando y marcando la jornada, con el único objetivo y árdua tarea de trasmitírselo a nuestros lectores de una forma en la que conozcan el contexto y el trasfondo más allá de un mero titular. Es decir, para que tu cuñado no pueda colártela otra vez.

 

Sobre qué temas escribo

Aunque en el día a día acabe escribiendo de cualquier cosa que suceda en el mundo, “puede que me recuerdes” de algunas temáticas que suelen quitarme el sueño con especial frecuencia. Me gusta escribir de política internacional, sobre todo cuando esta es eufemismo de atroces injusticias contra los derechos humanos o el medio ambiente, así como para acercar causas sociales que pasarían inadvertidas (la siguiente podría ser la tuya, así que escríbeme). La morriña también me devuelve en ocasiones a Galicia, sobre todo para que sus historias no se pierdan en el camino a la meseta.

 

Mi trayectoria

Antes de llegar a El HuffPost en 2021, fui periodista en La Voz de Galicia durante cinco años. En aquella etapa también pasé por los micrófonos de ‘Radio Voz’, en distintos programas radiofónicos. Y, aunque parezca poco probable, bebía más café que en la actualidad.


Soy de Ribeira, una bella localidad coruñesa que probablemente recuerdes del marisco, las páginas de sucesos o de personalidades de las que solemos presumir (tenemos a la triplista olímpica Ana Peleteiro y a una de las Tanxugueiras).


Aunque bromeo con que soy doctorado en Periodismo Gonzo, en realidad solo soy licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), pero, eso sí, tengo la orla de la misma tienda que la que se la hizo al rey Felipe VI. Aquellos años en Madrid me sirvieron para conocer la ciudad, pero también para entender que el mercado de la vivienda aún podía ir a peor. Ah, también tengo otra identidad secreta bajo la que hago rap o escribo poesía y que solo revelé en la redacción para que me dejasen entrevistar a artistas.

 


 

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