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La súpercompra de trajes para los militares españoles se atasca por dos problemas monumentales

La súpercompra de trajes para los militares españoles se atasca por dos problemas monumentales

Con la burocracia hemos topado.

Soldados del Ejército de Tierra español en una jornada de exhibición en Barcelona.Joan Valls

El Ejército de Tierra sigue sin cerrar la compra de nuevos uniformes para su militares. Este contrato, valorado en 300 millones de euros, se ha encontrado con una nueva traba legal en la que, según El Confidencial Digital, es ya una larga carrera de obstáculos. Entre ellos, dos recursos que han presentado las empresas que aspiran a la adjudicación y creen que las cláusulas del pliego de condiciones de la licitación les perjudican. Aunque el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales, organismo que se encarga de resolver los recursos interpuestos en materia de contratación pública en España, ya ha rechazado un primer recurso que paralizó la tramitación del contrato, otro sigue sin su resolución y, por eso, se mantiene suspendido el proceso.

Según el citado medio, el tribunal notificó el pasado 22 de enero que no admitía a trámite el recurso especial que había presentado una de las empresas aspirantes, de la que no se ha revelado el nombre, contra las cláusulas del concurso público que permitirá al Ejército de Tierra hacer una compra masiva de equipamiento militar. Sin embargo, en esa misma resolución, ordena que el procesos siga parado hasta que se resuelva otra impugnación, la 1674/2024, presentada por otra empresa contra el mismo contrato.

Además, la licitación se ha complicado por la estructura del acuerdo marco, dividido en una veintena de lotes de prendas y accesorios. Al principio, el Ejército de Tierra intentó, para agilizar el proceso, que la adjudicación de la compra se hiciese en un único lote, pero la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) lo impidió, al considerar que esto favorecería a un único proveedor, restringiendo la competencia. Para evitarlo, ordenó trocear la licitación en varios lotes, consiguiendo así que más empresas pudieran optar a los contratos y garantizando una mayor concurrencia. 

La gran cantidad de requisitos y las dudas de las empresas interesadas en el contrato han obligado a ampliar los plazos y a publicar continuas aclaraciones en los pliegos. También se han hecho correcciones para evitar confusiones y facilitar una mayor participación.

El proceso también ha estado marcado por una filtración accidental de datos sensibles. Algunos anexos de los publicados en la Plataforma de Contratación del Sector Público incluyeron en su momento información detallada sobre la estructura y el despliegue de unidades del Ejército de Tierra en otros territorios, algo que desató un escándalo por el que la ministra de Defensa, Margarita Robles, tuvo que dar explicaciones en el Congreso, y del que surgieorn nuevos protocolos de seguridad para evitar errores similares.