Por qué España es uno de los países que más rápido cuenta los votos en unas elecciones

Por qué España es uno de los países que más rápido cuenta los votos en unas elecciones

Repasamos el camino que hace cada voto desde que se deposita en la urna hasta su recuento definitivo entre cinco y ocho días después de los comicios

Sobres y papeletas durante las elecciones generales de abril de 2019Gonzalo Arroyo Moreno

Mientras en Estados Unidos hubo que esperar hasta cinco días para proclamar ganador a Joe Biden en las últimas elecciones presidenciales, Sánchez salió en España al filo de la medianoche del mismo domingo electoral a la calle Ferraz de Madrid para celebrar con los simpatizantes del PSOE que su formación había vuelto a ganar unos comicios. En ese momento, habían pasado exactamente tres horas y cincuenta y ocho minutos desde que las urnas habían quedado cerradas (excepto en Canarias), y el escrutinio ya superaba el 90% de los votos. El resultado era prácticamente definitivo y, dos días después, Sánchez e Iglesias escenificaron el primer gobierno de coalición de España en democracia.

La comparativa con Estados Unidos en la rapidez con la que se efectúa el conteo de votos en unas elecciones no es la única que beneficia a España. Nuestro país es uno de los más veloces del mundo a la hora de completar el escrutinio de unos comicios y también uno de los más garantistas y transparentes, a pesar de la cascada de sospechas de fraude e intento de compra de votos que se han registrado en estos últimos días.

  Un ciudadano coge una papeleta para votar en las generales de noviembre de 2019Anadolu Agency via Getty Images

La fórmula secreta, según apoyan diversas fuentes consultadas por El HuffPost, radica en "combinar las ventajas de las tecnologías más avanzadas y las garantías máximas de objetividad derivadas del enfoque tradicional del voto presencial, el recuento manual, voto a voto, y el soporte documental del mismo reflejado en las actas de resultados de cada mesa electoral". 

A través de los datos ofrecidos, reconstruimos los pasos que se llevan a cabo cada jornada electoral en España una vez se cierran los colegios y arranca el proceso de recuento de votos. Tradicionalmente, el horario de votación acaba a las 20.00h. de la tarde. En ese momento, cada mesa electoral tiene una o más urnas con papeletas en su interior. En unas elecciones generales, suele haber unas 60.000 mesas repartidas por los más de ocho mil municipios que existen en España. 

  Recuento de votos en las elecciones autonómicas de Cataluña en 2017.Jeff J Mitchell

Cada mesa se encarga del conteo de los votos de sus propias urnas, incluidos los votos por correo de los residentes en España correspondientes a esa mesa y ausentes el día de las elecciones, así como de la elaboración del acta de resultados. Ese primer recuento de votos es público: las mesas (y su administración) están abiertas a la observación de cualquier ciudadano y al seguimiento in-situ de representantes de los partidos políticos.

Todas las mesas son administradas por un presidente y dos vocales, ciudadanos elegidos al azar, que son los que tienen, por ley, la autoridad para hacer el recuento, firmar las actas y encaminarlas en sus correspondientes circuitos para su gestión posterior.

En total se registran tres actas por cada mesa: el original y dos copias de seguridad, junto con otra información relevante. Todas las actas se introducen en sendos sobres cerrados y firmados. El sobre con el original y uno de los sobres con una copia se hacen llegar al juzgado más cercano por un representante de la mesa escoltado por la policía. El sobre con la tercera copia queda a recaudo de un funcionario de correos para enviarlo por vía certificada a la junta electoral correspondiente. 

Pero, ¿cómo se lleva a cabo la difusión de los datos y su exposición pública? Un funcionario de la Administración comunica en esa noche electoral por vía telemática el resultado del acta de la mesa al centro de datos, donde se procede a la recepción del mismo, su consolidación y la comunicación de los resultados, particulares y globales, del escrutinio provisional a todo el país y medios de comunicación. De esta manera, se lleva a cabo el escrutinio de forma rápida y se anuncia prácticamente en directo.

Sin embargo, la 'noche electoral' como tal no acaba ahí. Entre cinco y ocho días después, las juntas electorales zonales y provinciales realizan el recuento definitivo. Se trata también de un acto público al que puede acudir cualquier ciudadano y representantes de los partidos políticos. En este acto se procede a la suma de los votos registrados en las actas de las mesas electorales y se cotejan la información y las actas recibidas en los sobres procedentes del juzgado (originales) y los de correos (copias de seguridad). Se incluyen también los votos de residentes en el extranjero correspondientes a cada junta. Una vez hecho dicho recuento, los resultados son definitivos. 

  Simpatizantes del PSOE celebran la victoria de Sánchez en noviembre de 2019Pablo Blazquez

¿Cuáles son los agujeros negros de este proceso? ¿Podría manipularse en alguno de los puntos de esta cadena? Las fuentes consultadas por El HuffPost indican que la votación podría vulnerarse “en origen”, a nivel de cada mesa, en las tareas de confección del acta de cada una de ellas. Sin embargo, matizan, la probabilidad que esto ocurra es muy baja dada la presencia (y vigilancia) de representantes de los diferentes partidos. Además, el ámbito e impacto de la posible vulnerabilidad es extremadamente bajo, pues se trata de un número significativo de actas: unas 60.000 en unas elecciones generales.

Otros puntos de vulnerabilidad de mucho mayor impacto potencial son los relacionados con la consolidación del cómputo global, que son básicamente dos: el centro de datos en la noche electoral (resultados provisionales) y la junta electoral central (resultados definitivos), organismo compuesto por ocho vocales magistrados del Tribunal Supremo, cinco vocales catedráticos en activo designados por los partidos o agrupaciones electorales, y el secretario general del Congreso de los Diputados

Aunque al tratarse de puntos centrales en el proceso, y por tanto de muy alto impacto en la eventual vulnerabilidad, la posibilidad de ocurrencia es prácticamente cero, dada la suma dificultad de orquestar el mismo resultado entre ambos (coincidencia entre resultados provisionales y definitivos) y el hecho de que la actuación de la junta electoral central esté abierta al público.

Además, como ya se ha comentado, el enfoque del proceso como un acto totalmente abierto a los ciudadanos en todas sus etapas (y a los partidos participantes en las elecciones) desde el punto más “granular” del mismo (la mesa electoral), hace que cualquier ciudadano, agrupación de ciudadanos o partido político tenga acceso a la información base de las elecciones (las casi 60.000 actas de resultados) para poder efectuar un recuento paralelo y verificar en todo momento tanto el escrutinio provisional como el definitivo. Por todo ello, según los analistas consultados, se puede afirmar que el sistema electoral español es uno de los más “garantistas” del mundo.

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es redactor de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es