"Se ha arriesgado mucho pero ahora tenemos 4 años"

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Por cuatro años más, añaden los suyos, aunque será una legislatura muy compleja y habrá que ir peldaño a peldaño. Si bien, en Moncloa enfatizan que a ninguno de los partidos que votó sí a la investidura le vendría bien un mandato corto y accidentado. “Pedro es una roca”, resumía un diputado socialista, mentando su ya famoso “manual de resistencia”. Ahora, toca el momento de los nervios, de la espera de quienes ansían un hueco en la mesa del Consejo de Ministros o sus aledaños.

Una vez decantado el último escaño, desde la misma noche electoral, Sánchez tuvo claro que seguiría siendo presidente. Su euforia en el improvisado atril montado en los aledaños de la sede de Ferraz no era teatro, como sí ocurría en Génova 13, donde se afanaban en precisar que el PP era la lista más votada. Los más cercanos del presidente afirmaron entonces que se haría todo lo necesario para continuar en Moncloa, “siempre” en el marco de la Constitución. La batería de cesiones a los independentistas ha incluido una ley de amnistía que rechaza hasta buena parte de sus cargos y votantes. Pero peor habría sido un Gobierno del PP con Vox, vino a decir el propio Sánchez desde la tribuna de oradores.

En la zona de Gobierno del Congreso, un área restringida a pocos metros de una de las entradas al hemiciclo, se vivieron momentos de enorme emoción una vez concluyó la votación de investidura. Mayoría absoluta para Sánchez, a la primera, 179 síes. “Había mucha tensión contenida”, reconoce uno de los protagonistas. “Se ha arriesgado mucho pero ahora tenemos cuatro años”, añadía. Algunos incluso no aguantaron a esa zona fuera de los focos y ya en el hemiciclo mostraron sus sentimientos, como Félix Bolaños y María Jesús Montero, de la máxima confianza del presidente y claves en todo este proceso negociador.

No será una legislatura fácil. Al contrario. Pero en el equipo directo de Sánchez suelen decir que ya están preparados para casi todo. “Tras las elecciones autonómicas y locales, nos dieron por muertos, en el PP se repartían los ministerios, las secretarías de Estado. Muchos de nosotros asumimos que era el final y que nos íbamos a la oposición. Pero Sánchez rompió los esquemas, adelantó las elecciones y este viernes estaba prometiendo ante el rey. Alguno en el PP todavía no se lo creerá”, según el análisis de un parlamentario socialista.

Ahora toca el momento de la espera nerviosa. De estar pegado al teléfono móvil y no pegar ni ojo. Hasta el más confiado, en algún momento, tiene dudas. Sánchez y Yolanda Díaz —que tiene su propio lío interno con Podemos— terminarán de diseñar en las próximas horas el nuevo Consejo de Ministros, y toda la estructura que pende de esa mesa gubernamental. Más allá del baile de nombres, del que ha dado todos los detalles El HuffPost, lo único seguro es que el nuevo gabinete tendrá un perfil muy político ante una legislatura que se augura de alto voltaje.

También hay más de un alto cargo del PP pendiente del teléfono móvil. Los cambios internos se anunciarán pronto, en un Comité Ejecutivo Nacional que todavía no está convocado, pero que se celebrará antes de las fiestas navideñas. Ha llamado mucho la atención de puertas para adentro la fotografía distribuida por Génova las horas previas al debate de investidura, en la que Feijóo aparece solo con dos personas: Marta Varela, su inseparable jefa de gabinete, y Esteban González Pons, en las quinielas como posible portavoz del grupo parlamentario en el Congreso.

“La decisión no se debe demorar mucho más. La gente está nerviosa y el partido tiene que estar preparado para esta nueva etapa”, en palabras de un líder autonómico, en conversación informal con este periódico. Una impresión bastante extendida en las estructuras territoriales.

La opinión que en privado se traslada en el PP es que la legislatura, aunque muy convulsa, no será corta. “Junts se lo hará pasar mal a Sánchez, ya se lo ha advertido, pero eso no significa que vayamos a tener elecciones a la vuelta de la esquina. Tenemos que hacernos a la idea”, según otro barón popular. Todas las fuentes consultadas en la oposición dan por descontado que el presidente del Gobierno tiene asegurado unos Presupuestos Generales del Estado, que si se prorrogan le permitirían estar dos años largos en Moncloa.

Tal y como ya avanzó este periódico, la posición del PP será muy dura, pero sin caer en la deslegitimación del Ejecutivo. Una ofensiva que constará, principalmente, de tres patas: una institucional, llevando su denuncia sobre la ley de amnistía al corazón de la Unión Europea; otra judicial, toda vez ya se están preparando los recursos de las comunidades autónomas ante el Tribunal Constitucional; y una tercera en las calles, para canalizar el enfado de buena parte de los ciudadanos. Sin ir más lejos, este mismo sábado, Feijóo volverá a estar protestando en las calles de Madrid.

“Tenemos que asumir que estamos en la oposición y prepararnos para ello con un discurso contundente pero también proactivo. No todo será la amnistía. Sánchez va a lanzar una batería de medidas sociales y tenemos que responder en lo económico”, remata un tercer líder territorial, que añade: “Y debemos estar coordinados”. Para un sector del partido, que Isabel Díaz Ayuso sugiriera que estamos “en una dictadura” además de su ya popular “me gusta la fruta” resta protagonismo a Feijóo. “Todo el foco que se lleva ella se lo quita al presidente”.