Lágrimas, alivio y todos pendientes del móvil: la otra cara de la investidura de Pedro Sánchez

Lágrimas, alivio y todos pendientes del móvil: la otra cara de la investidura de Pedro Sánchez

Así han vivido sus protagonistas una jornada histórica en el Congreso, que da arranque al segundo Gobierno de coalición de la democracia. 

Los ministros en funciones María Jesús Montero y Félix Bolaños, se felicitan después de la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.EFE

"¡Bravooooo!". Un gran coro de júbilo y aplausos estallaba pasados unos minutos de las 13:00 horas de este jueves en el hemiciclo del Congreso de los Diputados. Los parlamentarios de la izquierda, especialmente los socialistas, rompían en alborozo al escuchar cómo la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, leía el resultado de la votación de investidura: 179 'síes' a favor de Pedro Sánchez por sólo 171 'noes'. 

El candidato socialista resultaba reelegido por una mayoría incluso mayor que la que obtuvo en 2020 y lo hacía tras muchas semanas de negociaciones durísimas, muy tensas, y que han llevado a una enorme polarización política y social por los pactos con los independentistas catalanes y por la ley de amnistía, que beneficiará a varios de los líderes de estos partidos encausados por el procés

La tensión ha sido tal en las últimas semanas que la celebración se ha disparado entre los diputados y diputadas que han respaldado a Sánchez. Se han visto muchos abrazos y besos. Y emociones contenidas como la de Santos Cerdán, el secretario de Organización socialista y encargado de viajar a Bruselas a negociar con Carles Puigdemont el pacto de investidura y legislatura. El propio presidente del Gobierno, que ha ido repartiendo besos y abrazos uno a uno entre sus ministros y entre todos los diputados socialistas, se lo ha agradecido con un sincero abrazo. 

Las tres vicepresidentas en funciones también han protagonizado un entrañable momento tras la votación. Aunque Yolanda Díaz se mostraba más efusiva con Teresa Ribera que con Nadia Calviño, las tres se han fundido en un abrazo final dando muestra de cierta unidad natural. Pero, sobre todo, exudando una notable alegría por lo conseguido tras mucho esfuerzo. 

Había ministras como la de Hacienda, María Jesús Montero, realmente exultantes. Su abrazo precisamente con Díaz lo dejaba muy claro. Un achuchón largo y emocionado con quien ha tenido que negociar duramente durante la última legislatura —no olvidemos que Montero es la responsable de organizar los Presupuestos—. Especialmente llamativo ha sido el intenso abrazo y los besos de la líder de Sumar con Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz de la Ejecutiva del PSOE. 

Pero la alegría no sólo se respiraba entre los socios de coalición. Filas más arriba, tras el recuento, se podía ver chocar las manos a los diputados de Bildu, contentos con el resultado de la investidura. También entre los miembros de Sumar, aunque la alegría en ese grupo va por barrios tras la anunciada ruptura de Podemos. Habrá que ver en qué queda todo y cómo afecta internamente a este grupo parlamentario. De momento, hoy tocaba celebrar. 

Mientras se escenificaba el éxito de la izquierda, un resignado Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, cruzaba el hemiciclo para saludar a Sánchez. "Esto es una equivocación", le ha espetado, según él mismo ha contado a los periodistas posteriormente. Aun así, se han estrechado la mano y han forzado una sonrisa tras dos días de tenso pero ciertamente respetuoso intercambio político. 

Por el otro lado de la Cámara desfilaban los diputados del partido de ultraderecha Vox, que no han sudado la gota gorda precisamente durante esta investidura. El miércoles se quedaron hasta que habló su presidente, Santiago Abascal, y este jueves sólo han acudido a las últimas intervenciones y a la votación, evitando escuchar a los dos grupos vascos. La España que madruga ha preferido sestear durante día y medio. 

Por allí también ha circulado Cristina Valido, única diputada de Coalición Canaria, quien ha ido felicitando a los miembros del Gobierno con un "enhorabuena". Su voto era el 179 de los apoyos cosechados por Sánchez.

En la tribuna, Begoña Gómez, mujer de Pedro Sánchez, que ha asistido a las dos jornadas de debate, no podía reprimir las lágrimas. La procesión no siempre se lleva por dentro y la emoción ha podido con todo. Antes había celebrado con aplausos y enviando besos desde lo alto a su marido, el ya nuevo presidente del Gobierno.

Sánchez ha seguido repartiendo saludos y recibiendo gratificaciones mientras los diputados salían al pasillo y al patio del Congreso. Los ministros, eufóricos, saludaban risueños a los periodistas y se abrazaban con sus equipos. "¡Ay, ay, ay, ay!", exclamaba una ministra. "¡A la mierda!", llegaba a gritar otro de ellos, desahogando toda la angustia y los nervios de las últimas semanas.

Mucho trabajo, mucho esfuerzo, muchas horas de incertidumbre que han brotado en forma de vítores, de aplausos y también de lágrimas, según han contado quienes estaban presentes en la sala reservada al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Desde los pasillos se escuchaba la algarabía propia de una fiesta. Los rostros de algunos ministros a la salida mostraban todavía la emoción vivida dentro durante la celebración.

Algunos no saben todavía qué será de su futuro: si repetirán en el próximo gabinete de Sánchez o si tendrán que buscarse las habichuelas en otros lares. Para la mayoría será la segunda opción. "Yo siempre voy a estar ahí", respondía una destacada ministra del ya anterior Gobierno, que daba las gracias a los reporteros por su paciencia estos días de escasa o nula información.

Algunos no saben todavía qué será de su futuro: si repetirán en el próximo gabinete de Sánchez o si tendrán que buscarse las habichuelas en otros lares

Ahora, con la equis de la investidura despejada, era el momento de soltar los nervios que, para quienes se ven con opciones de repetir en el Consejo de Ministros, se mantendrán durante todo el fin de semana. O quizás durante menos tiempo.

Porque esa era la gran pregunta de los periodistas: "¿hacemos planes para el sábado o mejor no?". "Tomaros el fin de semana", respondía un miembro del Ejecutivo en funciones para, con sorna, añadir después, "hay 5G y se puede trabajar desde cualquier lado".

La realidad es que la mayoría no sabe bien si Sánchez querrá descansar un par de jornadas o preferirá acelerar el proceso de formación de su Gobierno, del que también dependerán las negociaciones con Yolanda Díaz, líder de Sumar. El socio minoritario, en un principio, contará con cinco carteras, contando con la de la vicepresidenta y ministra de Trabajo. Esa reunión, previsiblemente, se celebrará en las próximas horas, por lo que todo podría desencadenarse este mismo fin de semana.

Por especular, se especula hasta con la posibilidad de que la primera reunión del nuevo Consejo de Ministros se celebre este mismo martes, aunque desde Moncloa aseguran que, por el momento, no hay prevista tal reunión.

Así que en las próximas horas, quienes han llorado y quienes han reído —o ambas cosas a la vez— estarán muy pendientes de su teléfono móvil por si Sánchez decidiera volver a contar con ellos o darles las gracias por los servicios prestados.

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Jefe de Política de El HuffPost