Adiós a las ventanas de toda la vida: elaboran la nueva generación de ventanas con un material casi invisible
Avanza un nuevo material desarrollado en Estados Unidos que promete mejorar de forma notable el aislamiento de las ventanas sin alterar la visibilidad.

Reducir el gasto energético de los edificios sin renunciar a la luz natural es uno de los grandes retos de la arquitectura actual. En esa línea avanza un nuevo material desarrollado en Estados Unidos que promete mejorar de forma notable el aislamiento de las ventanas sin alterar la visibilidad. El medio especializado Interesting Engineering se hace eco de este avance, creado por un equipo de investigadores de la Universidad de Colorado en Boulder.
El nuevo material se denomina aislante térmico ópticamente transparente mesoporoso, conocido por sus siglas en inglés como MOCHI. Se trata de un aislante extremadamente fino, casi invisible, diseñado para bloquear la transferencia de calor a través del vidrio. Su potencial es relevante si se tiene en cuenta que, solo en Estados Unidos, los edificios comerciales consumen más del 40 por ciento de la energía total generada, gran parte de ella perdida por superficies acristaladas mal aisladas.
MOCHI puede fabricarse en placas grandes o en láminas muy delgadas que se colocan fácilmente en el interior de las ventanas. El objetivo, según explican sus creadores, es sencillo pero ambicioso. “Sin importar las temperaturas exteriores, queremos que la gente pueda tener temperaturas cómodas en el interior sin tener que desperdiciar energía”, afirmó Ivan Smalyukh, autor principal del proyecto y profesor de física en la Universidad de Colorado.
A nivel estructural, los investigadores describen este material como una versión de alta tecnología del plástico de burbujas. Está compuesto en más de un 90 por ciento por aire, atrapado dentro de una red de poros microscópicos, mucho más finos que un cabello humano. Una lámina de apenas cinco milímetros de grosor ofrece un aislamiento tan eficaz que incluso puede sostenerse una llama cerca sin que el calor atraviese el material.
MOCHI supone una evolución de los aerogeles tradicionales, conocidos como “humo congelado”, que ya utiliza la NASA para proteger equipos en Marte, pero que no son lo suficientemente transparentes para su uso doméstico. La clave del nuevo desarrollo está en un proceso de fabricación muy controlado que permite mantener la claridad visual. El resultado es una capa aislante que solo refleja alrededor del 0,2 por ciento de la luz entrante, por lo que la visión a través de la ventana permanece prácticamente intacta.
El funcionamiento térmico se basa en cómo se comportan las moléculas de aire dentro de esos poros diminutos. Al no tener espacio suficiente para chocar entre sí, rebotan contra las paredes internas, lo que frena de forma eficaz la transmisión del calor.
Aunque por ahora MOCHI solo se produce a escala de laboratorio y no está disponible para el consumidor, los ingenieros creen que podría aplicarse en el futuro no solo a ventanas, sino también a sistemas capaces de captar y retener calor solar para calentar agua o interiores, incluso en días nublados. “Incluso con nubosidad, se puede aprovechar mucha energía y usarla para calentar edificios”, señaló Smalyukh.
