Una historia que merece ser contada. En 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, el sargento de vuelo británico Nicholas Alkemade, sufrió un ataque nazi que le obligó a saltar de su avión. A pesar de no usar paracaídas, salió totalmente ileso.

Según publica el medio finés Tarouselama, su caza del ejército del Reino Unido, apodado Hombre Lobo, se encontraba en ejercicios cuando fue sorprendido por un caza nocturno alemán. En unas declaraciones recogidas por el digital que "el avión estaba en llamas, la torreta estaba en llamas, yo estaba en llamas y mi paracaídas estaba en llamas". Aun así, decidió tirarse. "Podía elegir cómo morir: quemándome o cayendo rápidamente".

De acuerdo a la información difundida, tres horas más tarde recobró el conocimiento. Yacía en el suelo nevado. "Ambas botas habían desaparecido y una rodilla estaba torcida. No tenía ningún hueso roto", reza la publicación.

Los alemanes capturaron como prisionero a Alkemade. En su cautiverio, los nazis querían saber qué había pasado con el paracaídas. Él afirmó no haber usado ninguno. "Los interrogadores se rieron de él y lo acusaron de espía". Sin embargo, al investigar el lugar de los hechos descubrieron que su historia era real.

Al término de la guerra, el soldado regresó a Gran Bretaña, donde falleció en junio de 1987.