En Polonia advierten de la trampa vacacional por "poner" la mesa a todos los que vayan a viajar a Italia
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En Polonia advierten de la trampa vacacional por "poner" la mesa a todos los que vayan a viajar a Italia

Advierten especialmente sobre los precios de la comida, la bebida y el transporte.

Imagen de archivo del paisaje de Roma y la bandera italiana ondeando.Getty Images

España, Italia y Grecia se han consolidado como los destinos favoritos de turistas polacos para pasar sus vacaciones, según los últimos datos de Google publicados por la Agencia de Prensa Polaca. Turquía, Croacia, Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido y República Checa completan el top 10.

Sin embargo, a pesar del entusiasmo inicial, muchos viajeros se enfrentan a costumbres locales, precios ocultos y reglas inesperadas que pueden convertir un viaje soñado en una experiencia menos placentera.

Italia: cuidado con la comida, la bebida y el transporte

En 2023, más de 1,3 millones de polacos visitaron Italia. Sus paisajes, comida y ambiente cultural son innegables. Pero también esconde gastos que pueden soprender. Uno de los más habituales es el coperto, un cargo obligatorio por servicio que se añade a la cuenta en la mayoría de los restaurante. 

"Solo por la noche, cuando refrescaba, salíamos a cenar. Nuestros hijos pidieron pizza, que era barata, entre 5 y 9 euros. Pero ¿de qué servía si nos añadían un coperto a cada cuenta, normalmente 10 euros?", denuncia a Onet Kasia, de 37 años, quien vacaciona en Italia cada año.

"Nos dolió un poco, no lo podemos negar. Pero ¿qué le vamos a hacer? Es la costumbre allí", añade, reflexionando con esperanza que "quizás significa que las camareras y los camareros están mejor pagados y no tienen que depender de la compasión de los clientes".

Otro aspecto que confunde a los visitantes es el precio de las bebidas, ya que, en algunos establecimientos, el vino puede resultar más barato que el agua embotellada: "Tuve que explicar muchas veces que en realidad pedíamos dos botellas de agua fría, no alcohol", comenta Kasia.

El café, por otro lado, puede costar solo 1,50 euros, pero solo si se consume de pie. "Basta con sentarse en una mesa y el precio se duplica", advierte Magda. "Pedí un café y me senté en una silla. Tuve que pagar casi 4 euros por el café y el cruasán. Pero estaba cansanda y ya no me importaba", relata.

Los turistas también tienen que tener cuidado con los residuos. En algunas regiones, como Apulia, los alojamientos advierten de multas de hasta cientos de euros por no separar la basura correctamente. "Nuestro casero nos informó de que podría cobrarnos cargos adicionales por no clasificar los residuos", recuerda Kasia.

El transporte tamibén tiene sus particularidades. Los billetes deben validarse antes de subir al tren, y los precios varían drásticamente según el canal de compra. "Si compras billetes a última hora, podrías acabar pagando bastante más", explica Kasia. Aun así, ella y su familia prefieren los trenes al coche: "Estoy orgullosa de mis hijos por saber moverse por las estaciones italianas".

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