Jaime, joven de camarero en Australia: "Gano 5.500 euros al mes, más que como abogado en España, voy a empezar a formarme"
Es licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Derecho, pero prefirió probar suerte en Sídney.
Desde hace ya tiempo, son miles los jóvenes españoles que han hecho las maletas. Los salarios más elevados, incluso en puestos que no exigen una carrera universitaria o formación académica previa; el hecho de aprender un idioma con fluidez, y por supuesto, vivir una experiencia internacional enriquecedora completan los motivos por los que deciden emprender este viaje de, en muchas ocasiones, miles de kilómetros.
Uno de estos casos es el de Jaime Romero, un joven español que trabaja en Sídney de camarero. A pesar de ser estar graduado en Derecho y Administración de Empresas, tal y como relató en el programa Y ahora Sonsoles, de Antena 3, decidió aparcar esta profesión y buscar suerte en Australia: "Ni siquiera llegué a comenzar. Me di cuenta de que no iba conmigo ese ritmo", confesó.
Animado por la cultura australiana, empacó su maleta y puso rumbo a este destino en busca de una oportunidad laboral que pudiera satisfacer sus pretensiones. Encontró trabajo como camarero en un club de surf, un empleo que actualmente le reporta 1.400 dólares australianos, que al cambio vienen a ser más de 5.500 euros, "más que como abogado en España".
No obstante, a pesar de lo llamativo que resulta su elevado salario en comparación con el de un camarero en España, que suele rondar entre los 1.200 y los 1.400 euros, sostuvo que el coste de vida es algo mayor, un factor con el que él lidia con un alquiler de 290 dólares semanales, con el que "puede permitirse vivir bien".
Una apuesta de futuro
Asentado ya en Australia, donde ha encontrado su sitio, goza de tiempo para estudiar, su siguiente propósito. De acuerdo a lo que comentó en el citado medio, Jaime busca formarse como entrenador personal.
No obstante, no todo es tan idílico. Los más de 15.000 kilómetros que separan a Jaime de su familia es lo que más le pesa: "Cualquier emergencia te pilla a dos días de vuelo", argumentó, pero aún así no se arrepiente de la decisión que tomó: "Cuanto más tiempo paso en Australia, menos ganas tengo de volver", concluyó.