La empresa cierra oficinas y los trabajadores lanzan una carta envenenada: "No queremos que nos borren, hemos mantenido la empresa a flote"
Los trabajadores de Woolrich Europe denuncian el cierre de oficinas en Milán y Bolonia tras la compra por BasicNet, que lo califican como "despido colectivo encubierto".

Desgraciadamente, los despidos, EREs o cierres de empresas están a la orden del día, con las consecuencias dramáticas para los trabajadores, pero también traslados o cambios drásticos, igual de perniciosos. Queda la lucha y la reivindicación, en forma de protestas, de negociación o de una carta, como ocurrió en este caso tan particular en Italia, en una empresa ubicada en Turín y Milán, de la que se ha hecho eco ilRestodelCarlino.
"Somos Woolrich y queremos ser escuchados". Así arranca la carta que los trabajadores de Woolrich Europe han hecho pública tras el anuncio del cierre de las oficinas de la marca en Bolonia y Milán. Una decisión tomada por BasicNet, el grupo italiano con sede en Turín propietario de firmas como Kappa, Briko y Sundek, que la semana pasada adquirió la filial europea de Woolrich.
El movimiento afecta directamente a 139 empleados, a quienes la empresa ha planteado una única alternativa: trasladarse a la nueva sede en Turín o marchase voluntariamente. En la práctica, según denuncian los sindicatos, se trata de un "despido colectivo encubierto", ya que quieres rechacen el traslado perderían el acceso a la prestación por desempleo.
Desde BasicNet aseguran que el objetivo es "proteger a todos los trabajadores". Sin embargo, los empleados sostienen que no hubo negociación previa ni un proceso real de escucha antes de tomar la decisión.
Una decisión "inmediata" y "sin alternativas"
La tensión estalló cuando, tras el anuncio oficial, los trabajadores difundieron una carta dirigida a los nuevos propietarios en la que cargan duramente contra la gestión del proceso. "Fue una decisión inmediata, sin periodo de escucha ni evaluación de alternativas", afirman.
Entre estas alternativas mencionan teletrabajo, modelos híbridos, mantenimiento de una presencia local mínima o soluciones personalizadas, especialmente para quienes tienen cargas familiares o situaciones personales sensibles. Nade de eso, aseguran, fue tenido en cuenta.
"Sostuvimos la empresa en los momentos más difíciles"
Los trabajadores recuerdan también en la carta cómo estuvieron a las duras y las maduras, esforzándose para mantener la empresa a flote en las etapas más complicadas. "Siempre hemos apoyado a la empresa, incluso en los momentos más difíciles", señalan.
Además, relatan sobrecargas de trabajo, responsabilidades superiores a las recogidas en contrato y, en algunos casos, renuncias a bonus económicos a los que tenían derecho: "Lo hicimos con responsabilidad y confianza", explican, convencidos entonces de que ese sacrificio ayudaría a la recuperación de Woolrich en Europa.
Un clamor desesperado
Ese "no queremos que nos borren" de la carta es sin duda la frase más impactante, reflejando a la perfección el sentir de la plantilla. El traslado en este caso no lo consideran una mera reubicación logística, sino una reestructuración profunda y un cambio de modelo empresarial.
En su carta ponen rostro al conflicto: mujeres embarazadas, padres y madres que acaban de regresar de permisos de maternidad o paternidad, trabajadores en categorías protegidas, personas con discapacidad, cuidadores y empleados con raíces familiares en la zona.
Una decisión que "impacta vidas, no solo contratos", y añade que quieren "respeto, ser escuchados y seguir trabajando sin tener que elegir entre empleo y vida personal".
Sindicatos y administraciones, en alerta
Los sindicatos han respaldado públicamente a los trabajadores y califican la salida de Bolonia como un despido colectivo encubierto, al no ofrecer alternativas reales al traslado. Lo tomas o lo dejas. Mientras, ya hay anunciadas movilizaciones en las puertas de la empresa.
La petición de diálogo se ha extendido a la Región, la Ciudad Metropolitana, los ayuntamientos afectados, el Ministerio de Trabajo y las organizaciones sindicales, con el objetivo de abrir una mesa de negociación que permita frenar o reconducir el cierre y traslado. Por ahora, la empresa mantiene su postura oficial.
