Los misiles esperados dan media vuelta y llegarán a Ucrania las armas consideradas "la peor pesadilla de Putin"
A pesar de sus limitaciones logísticas, ya han demostrado su eficacia con creces.
Reino Unido ha entregado a Ucrania un nuevo lote de misiles de crucero Storm Shadow, uno de los sistemas de ataque más avanzados del arsenal europeo. Bloomberg ha revelado en exclusiva que, aunque las autoridades británicas no han precisado la cantidad exacta de proyectiles enviados, el número podría ser limitado debido al reducido stock de las Fuerzas Armadas británicas.
De acuerdo con el medio, la entrega "se realizó para garantizar que Ucrania contara con el armamento necesario antes de los meses de invierno, durante los cuales el Reino Unido teme que el Kremlin intensifique los ataques contra civiles ucranianos".
La cesión forma parte del esfuerzo sostenido de Londres para mantener el equilibrio militar en el frente oriental, donde las fuerzas rusas continúan lanzando ataques diarios con misiles y drones. Por su parte, Kiev ha logrado responder gracias al desarrollo local de vehículos no tripulados y a la cooperación internacional en materia de armamento.
Los Storm Shadow, fabricados por el grupo franco-británico MBDA, se han convertido en una de las armas más temidas por Moscú. Desde que el Reino Unido autorizó su envío en 2023, han demostrado su eficacia en múltiples ataques contra infraestructura militar rusa, incluidos aeródromos, centros de mando y depósitos de munición tanto en territorio ucraniano como dentro de Rusia.
En 2023, estos misiles habrían sido utilizados en el ataque al puente que une Rusia y Crimea, símbolo del poder del presidente ruso, Vladímir Putin. Un exoficial militar británico aseguró entonces a UK Defence Journal que los Storm Shadow eran "la pesadilla de Putin". "Este es precisamente el tipo de acción que necesitamos ver con más frecuencia. Cada ataque bien dirigido socava su capacidad de liderazgo", añadió.
Tecnología de precisión y poder destructivo
El Storm Shadow representa una joya tecnológica de la industria militar europea. Con un peso de unos 1.300 kilogramos y una ojiva penetrante de 450 kilos, este misil vuela a baja altitud guiado por GPS, radar y reconocimiento del terreno. Su capacidad de impactar con precisión y penetrar profundamente antes de detonar le ha valido el apodo de 'rompebúnkeres'.
Su alcance oficial supera los 250 kilómetros, aunque los expertos sospechan que algunas variantes pueden llegar a 500 kilómetros, lo que le permite atacar sin que la aeronave lanzadora deba acercarse al frente. Su precio también refleja su sofisticación: entre 1 y 2 millones de euros por unidad, frente a los apenas 37.000 euros del misil estadounidense GLSDB, de menor alcance.
Pese a su potencia, el Storm Shadow no sustituye al Tomahawk estadounidense, cuyo rango puede alcanzar 1.600 kilómetros y que se lanza desde tierra o mar, ofreciendo mayor libertad táctica. A diferencia de este, el misil británico depende de la aviación ucraniana, una fuerza constantemente bajo amenaza.
No obstante, Ucrania tendrá que conformarse con los Storm Shadow, ya que el presidente de EEUU, Donald Trump, "no está considerando realmente" suministrar los Tomahawk, al menos por ahora.
Eso sí, a pesar de sus limitaciones logísticas, los Storm Shadow han consolidado su reputación como una de las armas más efectivas de Ucrania. En octubre pasado, Ucrania utilizó uno de estos misiles para atacar una planta química en Briansk, situada a más de 100 kilómetros dentro de Rusia, demostrando la capacidad del sistema para golpear con precisión en profundidad.
Los analistas consideran que los Storm Shadow constituyen actualmente "el plan B más realista" para Kiev, ante las dificultades de acceder a los sistemas estadounidenses ATACMS o Tomahawk. Si bien los misiles británicos tienen un alcance menor, su disponibilidad inmediata y precisión los hacen esenciales para mantener la ofensiva ucraniana.