Más allá de los campos de lavandas: qué puedes ver en Brihuega
Uno de los tesoros más fascinantes de Brihuega son sus cuevas árabes.

Ubicada en el corazón de la Alcarria, Brihuega es conocida principalmente por sus impresionantes campos de lavanda que florecen entre junio y julio, tiñendo el paisaje de un vibrante color púrpura y llenando el aire con su fragancia embriagadora. Sin embargo, este pintoresco municipio de la provincia de Guadalajara tiene mucho más que ofrecer a los visitantes que se aventuran más allá de sus campos floridos.
La historia de Brihuega se remonta a la Edad Media, cuando era un importante enclave estratégico. Su casco antiguo, rodeado de murallas, es un testimonio vivo de su rica herencia. Pasear por sus calles empedradas es como viajar en el tiempo, con cada rincón revelando un fragmento de su pasado. La Plaza del Coso es un excelente punto de partida para explorar la localidad. Este espacio, con sus casas de dos plantas y altillos, es un ejemplo perfecto de la arquitectura alcarreña. Las fachadas coloridas contrastan con los tonos más sobrios de otras regiones castellanas, creando un ambiente acogedor y vibrante.
Uno de los tesoros más fascinantes de Brihuega son sus cuevas árabes. Estas galerías subterráneas, que se extienden por más de ocho kilómetros, fueron excavadas originalmente como vías de escape durante los asedios. Con el tiempo, también sirvieron como almacenes de víveres y refugios durante diversos conflictos bélicos. Hoy en día, estas cuevas son una atracción turística que permite a los visitantes adentrarse en la historia oculta de la localidad.
La iglesia de San Miguel, construida en el siglo XIII, es otro de los puntos de interés de Brihuega. Este edificio, que combina elementos del arte tardorrománico y mudéjar, ha sido desacralizado y ahora alberga exposiciones y eventos culturales bajo sus arquerías y bóvedas estrelladas. La iglesia de San Felipe y el convento de San José son otros ejemplos notables de la arquitectura religiosa de la zona, cada uno con su propia historia y encanto.
El Palacio de los Duques de Medinaceli es una joya arquitectónica que no debe pasarse por alto. Este majestuoso edificio, que data del siglo XVI, ha sido restaurado y convertido en un lujoso hotel. Los visitantes pueden disfrutar de su espléndido jardín romántico, que ofrece un remanso de paz y belleza en el corazón de la localidad.
Para aquellos interesados en la historia militar, el Castillo de la Peña Bermeja es una visita obligada. Esta fortaleza, que se alza sobre un promontorio rocoso, ofrece unas vistas impresionantes del valle del Tajuña y de los alrededores. El castillo ha sido testigo de numerosos eventos históricos y su imponente presencia sigue siendo un recordatorio del pasado turbulento de la región.
Además de su patrimonio histórico, Brihuega cuenta con una rica tradición artesanal. La Real Fábrica de Paños, fundada en el siglo XVIII, es un ejemplo de la importancia de la industria textil en la localidad. Aunque la fábrica original ya no está en funcionamiento, el edificio ha sido restaurado y convertido en un espacio cultural donde se pueden conocer más sobre la historia textil de la región.
El Mirador de la Alcarria, ubicado en el cercano pueblo de Trijueque, ofrece algunas de las mejores vistas de la comarca. Desde este punto, es posible contemplar el paisaje ondulado de la Alcarria y recordar el "Viaje a la Alcarria" de Camilo José Cela, quien inmortalizó la región en su famosa obra literaria.
Brihuega también es conocida por sus manantiales y fuentes, que delatan la riqueza hídrica de la región. La Fuente de los Doce Caños es uno de los ejemplos más destacados, con sus aguas cristalinas que brotan en el centro del pueblo. Este recurso natural ha sido fundamental para la vida en Brihuega a lo largo de los siglos y sigue siendo un punto de encuentro para los habitantes y visitantes.