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Ni entre 40º ni 60º: entre estas temperaturas debes hervir el té más consumido en España

Ni entre 40º ni 60º: entre estas temperaturas debes hervir el té más consumido en España

Esta temperatura permite que las hojas, completamente oxidadas durante su procesamiento, liberen sus compuestos fenólicos, taninos y aceites esenciales.

Una taza de té caliente en una imagen de archivo.Getty Images

El auge del té en España ha dejado de ser una moda pasajera para convertirse en una tendencia consolidada. Aunque tradicionalmente el café ha sido la bebida caliente por excelencia en el país, el té ha ganado terreno en los últimos años, especialmente entre quienes buscan alternativas más saludables o menos estimulantes. Esta transformación en los hábitos de consumo ha venido acompañada de una mayor exigencia por parte de los consumidores, que ya no se conforman con una simple bolsita en agua caliente, sino que buscan una experiencia sensorial completa.

En este contexto, la preparación del té se ha convertido en un arte que requiere precisión. Uno de los aspectos más importantes —y a menudo ignorado— es la temperatura del agua. No todos los tés se infusionan igual, y una temperatura inadecuada puede arruinar por completo el sabor, el aroma y las propiedades de la bebida. En el caso del té negro, el más consumido en España, este detalle cobra especial relevancia.

A diferencia de otros tipos de té como el verde o el blanco, el té negro necesita agua a una temperatura más alta para liberar todo su potencial. La recomendación general de los expertos es hervir el agua hasta alcanzar los 95-100 °C. Esta temperatura permite que las hojas, completamente oxidadas durante su procesamiento, liberen sus compuestos fenólicos, taninos y aceites esenciales, responsables de su sabor robusto y su característico color oscuro.

Sin embargo, hervir el agua no significa simplemente llevarla a ebullición sin más. El proceso debe ser controlado. Si se utiliza un hervidor eléctrico, lo ideal es optar por uno con control de temperatura. En caso de no disponer de uno, se puede dejar hervir el agua y esperar entre 30 segundos y un minuto antes de verterla sobre las hojas, asegurando así que no se quemen ni se amarguen. Este pequeño gesto puede marcar una gran diferencia en la calidad de la infusión.

El tiempo de infusión también juega un papel crucial. Para el té negro, se recomienda dejar reposar las hojas entre 3 y 5 minutos. Menos tiempo puede resultar en una bebida insípida, mientras que un exceso puede intensificar los taninos y dar lugar a un sabor demasiado astringente. La combinación de temperatura y tiempo es, por tanto, esencial para obtener una taza equilibrada.

En España, el consumo de té negro ha crecido especialmente en entornos urbanos y entre personas de entre 30 y 50 años. Este perfil de consumidor suele estar más informado y busca productos de calidad, muchas veces importados directamente de regiones como Assam, Darjeeling o Ceilán. En estos casos, respetar la temperatura de preparación no es solo una cuestión de sabor, sino también de respeto por el producto y su origen.

Además, la temperatura del agua influye directamente en los beneficios para la salud que se atribuyen al té negro. Estudios han demostrado que una infusión bien preparada conserva mejor los antioxidantes naturales, como las teaflavinas y tearubiginas, que ayudan a combatir el estrés oxidativo y pueden tener efectos positivos sobre la salud cardiovascular.

Espacio Eco
Un proyecto de Espacio Eco

En el ámbito de la hostelería, cada vez más locales especializados en té están incorporando protocolos de preparación precisos. Algunos incluso ofrecen cartas donde se especifica la temperatura ideal para cada tipo de té, y utilizan termómetros digitales para garantizar una experiencia óptima. Esta profesionalización del servicio ha contribuido a educar al consumidor y a elevar el estándar general de consumo.