No solo la zona y el precio: apuntan el piso perfecto para una vivienda por seguridad y comodidad
La elección de la planta en la que vivir es muy importante.

Las dos variables que habitualmente se tienen más en cuenta a la hora de adquirir una vivienda son la zona en la que se ubica el inmueble y el precio que se pide por hacerse con la propiedad de la casa.
La ubicación es muy importante. De hecho, una vivienda situada en el centro de la localidad y otra que cuente con exactamente las mismas características pero que se encuentre en la periferia, tienen un valor muy diferente.
En la ubicación son factores determinantes la seguridad de la zona; la conexión de la misma con las diferentes carreteras, transporte público y demás infraestructuras, y la cantidad de comercios que existan.
En cuanto al precio no hay mucho que decir. Se trata de una cifra que para la mayoría marca la frontera entre poder permitirse comprar el inmueble (casi siempre mediante una hipoteca) o no poder adquirirlo.
Sin embargo, existe otra cualidad que algunos no tienen demasiado en cuenta al comprar una casa, pero que en realidad es determinante a la hora de garantizar la comodidad en la vivienda. Se trata de la elección de la planta en la que vivir.
Escoger un piso u otro no es un detalle menor, más bien todo lo contrario. Cada altura tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Las viviendas situadas a baja altura suelen ser más frescas durante el verano, algo muy importante en aquellos lugares en los que las temperaturas son muy elevadas durante la estación estival.
Otras de las ventajas de vivir en un bajo es que no se necesita utilizar ascensor ni subir escaleras, y que se tiene algo más de margen para hacer ruido, ya que no se tienen vecinos debajo a los que se pueda molestar.
Por el contrario, vivir en una planta baja también implica un mayor riesgo de poder sufrir plagas de insectos o de tener que soportar filtraciones desde el sótano.
