Un abuelo atraca un supermercado solo para acabar en la cárcel junto a su nieto: "Estaba desesperado"
Los agentes intervinieron sin que el detenido opusiera resistencia.

Es bien sabido por todos que el amor nos ciega en muchas ocasiones y nos lleva a hacer locuras que nunca haríamos de normal. Esto fue lo que le ocurrió a un abuelo de 69 años que fue detenido a finales de septiembre en Guadalupe tras planear un atraco con el único objetivo de ser arrestado para poder reencontrarse con su nieto, que estaba encarcelado y no lo estaba pasando bien en su tiempo de condena.
Los hechos ocurrieron en Sainte-Rose, una comuna situada al norte del archipiélago de Guadalupe. El hombre, un exbombero, entró en un supermercado situado al lado de la comisaría local con un fusil escondido en el carro de la compra. Se presentó encapuchado con una prenda que usaba en su profesión y, sin intención de disparar o hacer daño, se acercó a la cajera para pedirle todo el dinero tras servirse un trozo de queso emmental y una botella de vino.
La intervención policial fue rápida, ya que los agentes desarmaron e intervinieron sin que el detenido opusiera resistencia significativa. Su perfil de sexagenario sin antecedentes sorprendió a los agentes que participaron en la detención casi tanto como su ‘modus operandi’. La gendarmería calificó la operación como delicada pero bien resuelta por el profesionalismo de sus efectivos.
No irá a prisión
"Estaba desesperado: no le interesaba el dinero, solo quería entrar en prisión para ver a su nieto y al menos dar un paseo con él", explicó su abogada de oficio, Léa Le Chevillier, en declaraciones recogidas por 20 Minutes. Tras visitar a su nieto en el locutorio días previos al atraco, el hombre detectó signos de malos tratos, como moratones y hasta un diente roto, lo que le dejó muy preocupado y le empujó a tomar la drástica decisión de forzar su propia entrada en prisión para protegerle y acompañarle.
En sede judicial el hombre reconoció los hechos y fue juzgado por robo con arma, violencia agravada y resistencia a la autoridad. “Generalmente, en este tipo de casos, se trata de una pena de entre tres y cinco años de prisión”, explica la abogada de oficio. No obstante, su perfil y los problemas cardiacos que padece influyeron considerablemente en la decisión del Tribunal Penal de Pointe-à-Pitre.
El letrado que sigue el caso insistió en que el dinero no era la motivación del acto, por lo que el hombre se libró de ser encarcelado pero sí tuvo que indemnizar a las víctimas del robo, prohibiendo su entrada al supermercado donde tuvieron lugar los hechos y aceptando el recibir tratamiento psicológico pertinente. Además, aún conserva el derecho de visitar a su nieto sin necesidad de ingresar en la cárcel, sino por la vía legal.
