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Un país clave de la OTAN quiere hacerse con los supercazas y se habla de "farsa" por lo que ocurre al final

Un país clave de la OTAN quiere hacerse con los supercazas y se habla de "farsa" por lo que ocurre al final

Su proceso de compra ha estado plagado de obstáculos, lo que ha levantado muchas sospechas.

Una vista de la ceremonia de entrega de los tres primeros aviones de combate F-35 de Bélgica.
Una vista de la ceremonia de entrega de los tres primeros aviones de combate F-35 de Bélgica.Anadolu via Getty Images

Canadá ha reiterado su intención de seguir adelante con la adquisición del caza de quinta generación Lockheed Martin F-35A, pese a tensiones diplomáticas con EEUU y a los altos costes acumulados en su programa de reemplazo de aviones de combate.

El pasado 7 de octubre, durante una intervención en el Parlamento, el comandante de la Fuerza Aérea canadiense y viceministro de Defensa, teniente general Jamie Speiser-Blanchet, subrayó la necesidad urgente de sustituir la actual flota de Boeing F/A-18 Hornet, cuyo rendimiento ya no cumple con las exigencias operativas del país.

"Tanto China como Rusia tienen aviones de combate y misiles de quinta generación que representan una amenaza para los aliados occidentales", advirtió Speiser-Blanchet en declaraciones recogidas por Flightglobal, a la vez que ratificó el compromiso de Canadá con la OTAN y el sistema de defensa aérea binacional NORAD.

Por su parte, la viceministra de Defensa, Stefanie Beck, afirmó también que los Hornet "deberían ser reemplazados completamente en 2032". "Necesitamos poder cumplir con ambas obligaciones al mismo tiempo. Francamente, el Hornet no está a la altura", añadió.

Hasta la fecha, Canadá ha confirmado la compra inicial de 16 F-35A, pero aún se encuentra evaluando si completará la adquisición de los 88 aviones previstos o si incorporará un segundo modelo, como el Gripen E de la empresa sueca Saab. La decisión final está en manos del primer ministro, Mark Carney, quien, según analistas políticos, mantiene relaciones tensas con Washington.

Aunque el teniente general Speiser-Blanchet no se pronunció directamente sobre la posibilidad de operar dos tipos de cazas en paralelo, reconoció que la transición al F-35 implicará "un ejercicio bastante complejo", ya que durante un tiempo convivirán distintos modelos en servicio.

Un proceso lleno de obstáculos

La compra de cazas es un tema sensible en Canadá. Si bien el país ha sido socio del programa F-35 desde 1997 y ha invertido más de 600 millones de dólares estadounidenses (más de 500 millones de euros), el proceso ha estado plagado de retrasos y controversias.

En 2010, el entonces gobierno conservador anunció la compra de 65 F-35, pero la falta de transparencia en el proceso de adquisición provocó una fuerte reacción pública. En 2015, el primer ministro Justin Trudeau llegó al poder prometiendo no adquirir los F-35, lo que llevó a la compra provisional de Super Hornet de Boeing, un proyecto que finalmente fracasó por una disputa comercial.

Como solución temporal, Canadá compró 18 Hornet usados a Australia y modernizó 36 de sus propios CF-18, una estrategia que costó en total unos 3.800 millones de dólares canadienses, equivalentes a unos 2.600 millones de euros.

Con el F-35 ya seleccionado oficialmente como primera opción desde 2022, y ante las crecientes tensiones globales, el Ministerio de Defensa insiste en que el proceso debe continuar "según lo planeado".

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