Una madre huye con su amante y deja a su hijo de 9 años viviendo solo: la reacción del pequeño es ejemplar
"Es una persona muy madura y resiliente", asegura una profesora del menor.

Un niño de la ciudad francesa de Nersac tuvo que crecer de golpe al verse obligado a vivir completamente solo durante dos años, entre 2020 y 2022, después de que su madre, Alexandra, de 39 años, lo dejara en un apartamento sin calefacción ni agua caliente. Durante ese tiempo, el menor sobrevivió alimentándose de pasteles y comida enlatada.
A pesar de las condiciones precarias, el niño asistía regularmente a la escuela y seguía sacando buenas notas. En invierno, sin gas para calefacción, dormía bajo tres mantas para combatir el frío. Aun así, conservaba electricidad en el hogar, lo que le permitía ver televisión y jugar videojuegos, una de sus pocas distracciones. Nunca invitaba a amigos del colegio, posiblemente para ocultar su situación.
Los ruidos que hacía al correr por el apartamento o saltar sobre la cama despertaron la sospecha de los vecinos. Un día, uno de ellos le recriminó su comportamiento: "¿No te dijo tu madre que dejaras de saltar todo el tiempo porque eso hace temblar el edificio?", a lo que el niño respondió: "No, vivo solo". "¿Cómo es posible esto a tu edad?", preguntó el vecino. "Eso es todo", zanjó el menor.
Fue entonces cuando la situación llegó a oídos de la alcaldesa de Nersac, Barbara Couturier. "Conocí a su madre en mayo de 2022", señala en declaraciones recogidas por Lrytas. "Vino a decirnos que tenía problemas económicos y le dimos cuatro cupones de alimentos, pero en lugar de eso aceptó comida procesada, así que eso me hizo sospechar". Alertada por rumores de los vecinos, Couturier avisó a la policía.
Alexandra fue condenada a 18 meses de prisión, de los cuales 12 fueron suspendidos. Cumplirá los seis restantes bajo arresto domiciliario. El niño fue trasladado a un hogar de acogida y posteriormente reubicado con una familia. Aunque su madre tenía derecho a visitarlo, solo lo hizo dos veces en un año.
Actualmente, el menor afirma que ya no quiere verla. Según su maestra, el niño "es una persona muy madura y resiliente" y se ha recuperado sin secuelas graves.