Una mujer tiene una vivienda con vistas al mar y el plan de 2,4 metros de un promotor inmobiliario le hace iniciar la batalla legal: "Es pura provocación"
Ahora se prepara para un largo proceso legal en el que aún no está segura de que podrá recuperar sus vistas al mar.

Liz Bates, una madre de 42 años y residente de Poole, en el Reino Unido, jamás imaginó que su tranquila vida frente al mar sería alterada por la construcción de un muro de hormigón de 2,4 metros de altura justo frente a su terraza. La nueva edificación, parte de un proyecto de residencia de lujo, ha bloqueado su vista al océano, desencadenando una intensa disputa legal con la promotora inmobiliaria responsable de la obra.
"Esto es pura provocación", afirmó Liz a The Sun, indignada por la falta de consideración hacia su propiedad. Bates, madre de dos hijos, lleva semanas enfrentando un auténtico calvario, no solo por el muro que la deja sin la vista que tanto disfrutaba, sino también por los constantes inconvenientes que la obra ha causado en su vida cotidiana. "Cerramos nuestras puertas y ventanas, no importa el calor que haga, por los obreros que fuman en la obra y por el humo que entra directamente en nuestra casa", agregó con frustración.
El conflicto comenzó cuando se erigieron bloques Breeze, un tipo de material usado en la construcción, justo frente a la vivienda de Bates. Aunque el promotor contaba con la licencia para construir una terraza, Liz señala que nunca se le presentó un plano detallado de la obra. "Asumimos que la terraza estaría situada en la parte delantera de los apartamentos, no sobre un muro que se construyó en el primer piso", indicó.
La situación ha tenido un impacto negativo en el valor de su propiedad, que ha disminuido en alrededor de 50.000 libras (aproximadamente 57.000 euros). "Mi familia ha vivido aquí durante 100 años. Crecí aquí. Nos gustaría mudarnos, pero los agentes inmobiliarios nos dijeron que la casa ha perdido tanto valor debido a esta obra que no podríamos hacerlo. Estamos atrapados aquí", lamentó Bates.
Por su parte, el promotor inmobiliario, Eddie Fitzsimmons, de Vivir Estates, defendió el proyecto asegurando que tenía el derecho de construir en el terreno. "Ningún propietario en el Reino Unido tiene derecho a vistas, así lo exige la ley. Este terreno está ubicado frente a propiedades existentes y, sí, es una pena que la gente esté perdiendo sus vistas. Pero creo que este proyecto mejorará la situación en la zona y, como resultado, los precios de las propiedades subirán", explicó finalmente.
