Uno pierde la mitad de su cosecha y otro pilla in fraganti al ladrón: "Cogía fruta con una escalera"
Se quejan de la polémica costumbre de algunas personas de coger los alimentos que cuelgan de las ramas, accesibles desde la calle, de árboles de casas privadas

Un cultivador del condado de Šibenik-Knin, en Croacia, se quejó el verano en las redes sociales de que tenía grandes problemas con los turistas que le robaban higos todos los días de sus árboles, lo que le hace perder hasta la mitad de su cosecha. "Antes, recogían unos higos del camino y no molestaban a nadie. Ahora, me ha pasado varias veces entrar en una higuera y encontrar un árbol completamente talado. Vienen temprano por la mañana o tarde por la noche, cuando saben que no estaremos en el campo, y se lo llevan todo", ha contado, según publica la web croata Dnvno.
Este condado tiene unos 113.000 habitantes y su centro administrativo es la ciudad de Šibenik. "Nos hemos acostumbrado, pero la situación se ha agravado en los últimos dos años; cada vez son más groseros. El año pasado los pillé yendo a casa con canastas, pero este año todavía no he pillado a nadie", ha relatado el mismo horticultor.
Pero no es el único que tiene problemas con los turistas que creen que pueden robar fruta, que en algunos lugares pueden estar a alcance de cualquiera, cuando quieran, algo que ocurre en realidad de todos los países en los que hay árboles frutales en huertos y poblaciones. En la red social Reddit han contado numerosas personas casos similares. Se trata de robos de diferentes tipos de frutas, tanto de turistas, de gente que pasa por allí como de sus propios vecinos. Otra persona comenta: "Teníamos un señor del edificio de al lado que solía acercarse a nuestra cerca con una escalera para recoger cerezas cuando no estábamos en casa. Hay gente así de toda nacionalidad, no son sólo turismo", corrobora
Otro usuario de la misma red social, llamado mamba1819, se queja de un problema similar: "Mi madre me ha contado que estaba sentada en el jardín y vio a dos turistas caminando por la calle, parándose en nuestro jardín y empezando a recoger bayas junto a la pared (en el árbol que está dentro del jardín). Ella los miró, ellos la miraron y siguieron recogiendo como si nada. Les preguntó, en inglés, por qué no preguntaron antes de llevársela, y ellos le dijeron que no entendía por qué no pueden cogerla". "Eran británicos. Su lógica es que creen que todo es gratis en la calle", afirma.
Cuando los peregrinos van a Marija Bistrica para la Asunción, barren todos los árboles frutales del camino, e incluso se adentran uno o dos metros en tu huerto si no tienes valla, cuenta otra persona. "No hay ninguna regla, ya sea hombre, mujer, viejo o joven. Y cuando les adviertes que no roben, dicen: "Bueno, si sólo me he llevado uno". Sí, pero pasan un par de miles y no nos queda ni uno. Entonces se callan. Todos los años es la misma historia".
Un usuario cuenta otra anécdota relacionada con su vecino: "Mi difunto vecino, un poco loco, tenía una roca enorme en medio de su jardín, sobre la que había pintado 'MÍO' con un pincel sin ningún contexto adicional. Cuando no le gustaba lo que hacían sus vecinos, siempre tenía un montón de hierba mojada y una lata de gasolina lista para volar un par de kilómetros cuadrados. Pero tenía más problemas mentales que problemas con las personas, así que, en definitiva, era bastante divertido ver sus luchas consigo mismo".
Los habitantes de esta zona de Croacia dicen, mediante numerosos testimonios, que les sorprende el comportamiento de los occidentales en esta cuestión. Y otros les rebaten: "Cuando una rama sobrepasa una cerca y entra en un terreno público, legalmente pueden cortarla. Si eso les molesta, corten las ramas que sobresalgan del perímetro de su jardín". Diferentes culturas, costumbres y educación se reflejan en esta polémica que, legalmente, tiene que ver, en efecto, con la legislación de cada lugar.
