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Ve un anuncio de una casa de 96 metros cuadrados por 700 euros, sospecha y el "truco" es muy decepcionante

Ve un anuncio de una casa de 96 metros cuadrados por 700 euros, sospecha y el "truco" es muy decepcionante

Parece que el propietario busca una forma económica de terminar de construir la vivienda.

Cartel de casa/piso en alquiler.
Cartel de casa/piso en alquiler.

Un redactor del medio griego Mikropragmata se topó con el anuncio de una casa para ser alquilada que le llamó la atención por su, a priori, suculenta oferta. Pero, cuando leyó más detenidamente, se llevó una gran desilusión y no dudó en compartir la experiencia

El anuncio ofrecía una vivienda de 96 metros cuadrados y 20 años de antigüedad en Nea Ionia, el segundo municipio más grande de la prefectura de Magnesia (Grecia) por 700 euros, lo que le pareció "demasiado bueno para ser verdad". "'¿Qué está pasando?', pensé. ¿Acaso la avalancha de alquileres desorbitados que ha azotado a toda Ática aún no ha llegado al barrio obrero de Nea Ionia? Al final el anuncio tenía truco", cuenta.

El texto del anuncio era impecable, casi de catálogo: "Le ofrecemos un luminoso y espacioso apartamento de 96 m² en la primera planta de un edificio de apartamentos en Nea Ionia - Perissos, construido en 2004. Consta de 2 dormitorios, 1 baño, 1 aseo, infraestructura para cocina y salón, lo que ofrece comodidad y funcionalidad. Dispone de calefacción central de gas con radiadores, ventanas de aluminio con doble acristalamiento, mosquiteras, toldos, ascensor, puerta de seguridad y videoportero". Hasta ahí, todo parecía perfecto.

Pero el texto continuaba con una coletilla que cambiaba todo: "La propiedad está sin terminar. No incluye sanitarios ni puertas, con posibilidad de finalización por parte del propietario en un plazo de 40 días, lo que cambiaría el precio del alquiler a 850€, o, alternativamente, con los gastos a cargo del inquilino, deduciéndolos del alquiler".

Efectivamente, la casa carecía de numerosos bienes esenciales. "Si los quieres, puedes esperar 40 días a que el propietario los instale, pero el alquiler sube a 850 euros. Si los instalas tú mismo, el dinero que pagues se descontará del alquiler", denuncia el redactor. Una fórmula "creativa", pero que ha generado debate sobre los límites de lo que puede exigirse a quien alquila un piso.

Lo que dice la ley en España

En España, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) establece con claridad en qué casos el casero y en cuáles el inquilino deben hacerse cargo de las reparaciones o reformas de una vivienda alquilada. Según el artículo 21, "El arrendador está obligado a realizar, sin derecho a elevar por ello la renta, todas las reparaciones que sean necesarias para conservar la vivienda en las condiciones de habitabilidad para servir al uso convenido".

Esto incluye la sustitución de la caldera o instalaciones eléctricas, el arreglo de humedades, la reposición de ventanas o la reparación de elementos estructurales del edificio. Es decir, cualquier intervención necesaria para garantizar la habitabilidad del inmueble corresponde al propietario, no al arrendatario.

Por su parte, el artículo 21.4 de la LAU también aclara que el inquilino no puede realizar obras o reformas sin consentimiento previo y por escrito del propietario. Si lo hace sin permiso, podría considerarse un incumplimiento de contrato.

Reformas que sí corresponden al inquilino

El inquilino, en cambio, debe asumir las llamadas "pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario de la vivienda serán de cargo del arrendatario". Esto incluye, por ejemplo, tapar agujeros en las paredes al abandonar el piso, reparar muebles dañados por mal uso o volver a pintar las paredes si se han ensuciado o arañado.

También puede afectar a los electrodomésticos. Si estos se estropean por sobrecarga eléctrica, la responsabilidad recaerá en el inquilino. Pero si se averían por el paso del tiempo o un defecto del aparato, el coste debe asumirlo el propietario.

Además, la normativa deja abierta una puerta para el acuerdo entre las partes. El artículo 17.5 de la LAU establece que "en los contratos de arrendamiento podrá acordarse libremente por las partes que, durante un plazo determinado, la obligación del pago de la renta pueda reemplazarse total o parcialmente por el compromiso del arrendatario de reformar o rehabilitar el inmueble en los términos y condiciones pactadas".

Es decir, propietario e inquilino pueden llegar a un entendimiento. El segundo hace obras, y el primero le descuenta esos costes del alquiler. Justo lo que plantea, en cierta forma, el anuncio de Nea Ionia.

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