Despiden a 45 trabajadores de un banco después de que hayan entrenado a la IA para que les sustituya
Este tipo de casos evidencia el gran problema al que millones de personas podrían enfrentarse en el presente y futuro próximo.

La amenaza de la inteligencia artificial sobre el empleo ya no pertenece al futuro: es una realidad que empieza a sentirse en sectores tan tradicionales como la banca. Un ejemplo reciente llega desde Australia, donde 45 trabajadores del Commonwealth Bank (CBA) fueron despedidos tras participar, sin saberlo, en el entrenamiento de la herramienta de IA que acabaría reemplazando sus funciones.
Entre ellos estaba Kathryn Sullivan, de 63 años, quien había dedicado 25 años a la entidad como cajera y representante de atención al cliente. En los últimos meses, el banco le asignó tareas relacionadas con Bumblebee AI, un chatbot diseñado para atender consultas de los usuarios. Su labor consistía en escribir respuestas, probar el sistema y corregir sus fallos. "Sin querer, entrené a un chatbot que terminó quitándome el trabajo", relató a Daily Mail.
El despido, anunciado en julio de 2025, tomó a Sullivan por sorpresa. Ni ella ni sus compañeros fueron advertidos de que el sistema de inteligencia artificial podría sustituir sus puestos. “Nos sentíamos como si fuéramos solo un número”, contó. Poco después, el banco reconoció que la reducción de personal había sido un error: las quejas de clientes aumentaron y el servicio al usuario se deterioró visiblemente.
CBA, que obtuvo ganancias de más de 10.000 millones de dólares australianos en el último ejercicio, ofreció reincorporar a los despedidos tras la oleada de críticas, pero muchos —como Sullivan— rechazaron la propuesta, alegando que las nuevas condiciones laborales eran peores y no garantizaban estabilidad.
El caso ha generado debate sobre los límites de la automatización en el sector financiero y el papel que debe tener la inteligencia artificial en la atención al cliente. A pesar de la polémica, el banco anunció una alianza con OpenAI para mejorar la detección de fraudes y optimizar la experiencia de usuario, al tiempo que traslada cientos de empleos a India, lo que ha reavivado las críticas por su estrategia laboral.
Expertos señalan que este episodio ilustra una tendencia global. Según PwC y McKinsey, hasta un 30% de las tareas laborales en Europa y Estados Unidos podrían automatizarse antes de 2030, lo que obligará a millones de trabajadores a reciclarse o cambiar de profesión.
La historia de Sullivan simboliza la cara humana de la revolución tecnológica: el choque entre la eficiencia de los algoritmos y la precariedad que puede dejar a su paso. Para muchos, el desafío ya no es evitar la automatización, sino lograr que la inteligencia artificial trabaje con las personas, y no en lugar de ellas.
