Abrieron una tienda de fresas españolas en París y sufrieron el boicot de los franceses antes de inaugurar: "Tuvimos que educarles"
Han convertido sus fresas con chocolate en una marca viral y franquiciable, a medio camino entre la fruta y el postre irresistible.

Siempre es duro montar un negocio, pero más aún si lo haces fuera de España, y más duro aún si lo haces fuera de España y te encuentras con palos en la rueda. Es lo que le pasó a Álex, creador de La Fresería, en su aventura como emprendedor, inspirado en un viaje con un amigo a Londres, que les hizo encenderse la bombilla. Al fin y al cabo, como apunta, "al 92% de la población mundial le gusta la fresa". ¿Qué puede salir mal?
Pero Álex no era un neófito en el sector. Abrió antes junta a su amigo una tienda de fresas con chocolate nacida en Madrid y, antes incluso de inaugurar en París, se toparon con un "boicot" digital que les obligó a explicar —según su propio relato— de dónde venía la fruta y por qué no tenía sentido que "solo" pudiera ser francesa.
Durante su entrevista en el pódcast Talent, Álex lo resume así: "Nos llovió una polémica impresionante en redes sociales antes de abrir la tienda" y "nos costó un tiempo educarles".
La historia no es solo un vídeo viral: es un caso de cómo una tendencia de redes se intenta convertir en una marca. Y ahí entran datos que ya han trascendido fuera del propio discurso: El País cuenta que La Fresería nació tras inspirarse en un puesto del Borough Market (Londres), empezó en el mercado de Antón Martín y se expandió con colas de hasta tres horas, con un plan de cierres de año con decenas de locales y salto internacional.
La historia es un caso de cómo una tendencia de redes se intenta convertir en una marca. Según publicó El País, La Fresería nació para inspirarse en un puesto de Borough Market (Londres). Comenzó en el mercado de Antón Martín y se expandió con colas de hasta tres horas, con un plan de cierres de año con decenas de locales y salto internacional.
De un puesto en Londres a colas en España
Álex recuerda el punto de partida: un viaje, un puesto de fresas con una fuente de chocolate y una cola que les dejó descolocados. "Madre mía, qué horror de fresa", comparándola con la que, dicen, tenemos en España. A partir de ahí, tenían claro el camino de "producto sencillo + experiencia"; "no van a comer fresas con chocolate… sino van a vivir la experiencia", añade.
Sobre el salto a formato cadena, el mismo artículo de El País pone cifras: unos 4 millones de euros en 2024 y una proyección de 10 millones en 2025, además de una inversión de franquicia "en torno a" 50.000 euros (cifra orientativa, sujeta a local, obra y condiciones).
Qué venden realmente: postre, experiencia y rotación
Visto así, parecería que el negocio es más que la fresa, y así es. La prueba es que La Fresería no se presenta como frutería, sino como un postre para consumo impulsivo, con locales pequeños y mucha rotación. En el pódcast detallan un sistema de vasos (pequeño, mediano y XL) y un precio que, en ese momento, situaban entre 4,50 euros y 15,90 euros, con extras y toppings (en delivery, incluso dicen que la media sube porque "nadie te juzga2).
Lo importante es que la cosa funciona, y da un dato de fidelidad y recurrencia: afirma que "el 45% de la gente que nos visita… repite mínimo una vez cada dos semanas". Es un dato interno (no auditado públicamente), pero explica por qué intentan separarse de la moda puntual.
