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El truco para tener la mejor comida en una boda es fácil, sencillo y para toda la familia

El truco para tener la mejor comida en una boda es fácil, sencillo y para toda la familia

La clave no está en la bandeja, sino en cómo tratas a quien la sostiene

Hacerse amigo del camarero, el mejor truco para comer más en una boda.
Hacerse amigo del camarero, el mejor truco para comer más en una boda.C.M.Pyne

Hay gente que va a una boda por amor, otros por compromiso y unos cuantos —no nos engañemos— por el aperitivo. Y luego está la categoría superior: los que salen del cóctel convencidos de que han comido mejor que nadie. No porque tengan enchufe con los novios ni porque se cuelen en cocina, sino por algo mucho más simple y bastante más humano.

Eso es lo que cuenta un vídeo que se ha viralizado en TikTok, publicado por la cuenta de Eduardo Gratacós Comunicación, en el que su protagonista lanza un consejo tan sencillo que descoloca: si quieres comer bien en una boda, sé amable con el camarero. Pero amable de verdad, no en plan interesado, no mirando de reojo la bandeja como un halcón.

Gratacós lo explica con una imagen que cualquiera reconoce al instante: “El camarero es la persona más invisible en una boda. Tú solo ves bandejas por ahí, vas a una bandeja y coges y a lo mejor ni miras a la cara a ese camarero”. Ahí está el punto de partida. Nadie mira, nadie pregunta, nadie ve a la persona detrás del uniforme.

El truco —si es que se puede llamar truco— consiste en hacer justo lo contrario. Cuando el camarero se acerca, no lanzarse a la croqueta como si fuera la última del planeta, sino parar un segundo y preguntar algo tan revolucionario como su nombre. “En vez de coger como todos, le dices: ‘Perdona, ¿cómo te llamas?’”. El camarero se sorprende. Se llama Rubén. Ya no es “el de la bandeja”.

A partir de ahí, el milagro social. Le das espacio, le preguntas qué trae, presentas al amigo que está a tu lado —“Alberto, te presento a Rubén”— y, de pronto, la conversación fluye. Rubén explica que trae unas bravas. Preguntas si eso es lo mejor del aperitivo. Y Rubén, que ya no es invisible, suelta la promesa: “No, no… luego te traigo otra cosa que vas a flipar”.

Según el relato, la escena se repite sin fallo. “A la que sale Rubén por esa puerta, ¿a quién busca? Viene directo, viene flechado”. El resultado es contundente y sin rodeos: “Eres el que más comes el aperitivo, indudable. Solo por ser amable”.

El vídeo, grabado en formato entrevista o podcast, va mucho más allá del chascarrillo gastronómico. Gratacós remata la historia con una reflexión que conecta con algo bastante más grande que una boda: “Con el simple hecho de decir ‘me importas’, de mirar a la gente a los ojos, le estás diciendo que vive, que es algo más que un dato, que un cuerpo que se mueve”. Y remacha: “Nos encanta sentirnos personas”.

Así que no, no va de colarse en la cocina ni de hacerse el listo. Va de algo bastante más incómodo para algunos: tratar a quien te sirve como si existiera. De paso, comes mejor. Pero eso ya casi es lo de menos.