Entran unos clientes, piden un café para la terraza y lo que se encuentra luego la camarera es un esperpento
"Qué miserable que es la gente".
La escena que ha tenido que vivir la camarera de un bar cuando unos clientes le han pedido un café para tomar en la terraza le ha indignado y es una de esas historias que no ayudan a recuperar la fe en la humanidad.
"Qué miserable que es la gente... Estoy trabajando (en un bar) me vienen una señora y un señor a por un café con leche y un cortado, lo piden y se van a la terraza", explica en Threads la usuaria lucia_sequej.
En ese mismo mensaje, la trabajadora subraya que en el bar en el que trabaja no tienen servicio de terraza, pero admite que como los clientes no entraban a buscar los cafés acabó sacándoselos ella, pensando en que si era maja con ellos podría ganar clientela.
"Una vez sacado me dicen que les cobre y allí ya les indico que vayan dentro a pagar. Y nunca han entrado y cuando me he querido dar cuenta se habían ido de la terraza sin pagar...", se lamenta la camarera.
En las reacciones, una persona da una idea para que a la trabajadora no le vuelva a pasar eso: "Cuando se pide se paga entonces". La propia usuaria ha respondido a eso: "Ya... si al final vamos a tener que hacer eso, pero hay clientes que no les gusta por si siguen pidiendo rondas... Ya no te puedes fiar de nadie".
La historia recuerda a la que contó hace unos días en TikTok otro camarero, el usuario @josehsm8, que también salió escaldado por querer ser amable con unos clientes.
"Me viene un grupo de chicos y me dicen: 'Perdona, ¿nos podemos sentar en esta mesa?'. A lo que yo les respondo: 'Esa mesa está reservada, chicos, lo siento mucho. No se puede", contó.
El hostelero subrayaba que "tenía el simbolito de la reserva en la mesa", el típico letrero en el que se puede leer "reservado": "Los chicos me vuelven a insistir y me dicen: 'Bueno, pero es que ahora no hay nadie, nos podemos sentar, ¿no?'. A lo que nosotros volvemos a repetirle que no, que la reserva está viniendo y que no se pueden sentar, dado que cuando la reserva llegue los van a pillar ahí".
"Total, que los chicos cogen y nos dicen: 'No se preocupen, que nosotros cuando venga la reserva nos vamos'. Nosotros en ese momento confiamos y les dijimos: 'Venga, sentaos'. Y viene la reserva. ¿A que no sabéis qué hicieron los chicos? Sí, familia, los chicos se quedaron ahí", se lamentaba el trabajador.
"Fuimos a la mesa a pedirles amablemente que se fueran y los chicos nos dijeron que no se iban, que todavía estaban bebiéndose una copa y que no se iban hasta que no se terminaran la copa. Por tanto, tuvimos que tener esperando a la reserva a otra mesa que se levantara y pudiéramos darla", recordaba.