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Pide tres tercios y la camarera se encuentra un cuadro cuando se los lleva: "Cada día flipo más con la gente"

Pide tres tercios y la camarera se encuentra un cuadro cuando se los lleva: "Cada día flipo más con la gente"

"No sé si era broma, pero lo parecía, pero a la vez no". 

Botellines de cerveza.Getty Images

Los camareros tienen a menudo que soportar peticiones de lo más peregrinas y comportamientos de lo más estrafalarios de los clientes. La usuaria @aitanampz, que trabaja en hostelería, ha contado su experiencia y da buena muestra de la paciencia que los trabajadores tienen que tener muchas veces.

"Llega una mesa de un hombre y dos mujeres y me piden tres tercios. Estupendo. Se los pongo, me voy y me vuelve a llamar el señor al poco y me dice: 'Perdona, ¿cómo te crees que me iba a beber el tercio?'. Me quedo así y le digo: 'Perdone, ¿quiere usted una copa?' Y me dice: 'Pues claro'. Le digo: 'Ahora mismo se lo traigo, no se preocupe", relata.

"Literalmente tardé un segundo en llevársela. Vuelvo y me dice: '¿Y a mi mujer qué? ¿Le dan por culo?'. Le digo: 'Perdone, como sólo me lo ha dicho usted pues sólo le he traído para usted. Ahora mismo le traigo dos copas más'. Les traigo las copas y cuando llego me dice: 'Ahora sí", prosigue.

La trabajadora lamenta que "era todo raro": "Era como que me juzgaba con la mirada, cada vez que iba me miraba como un poco mal, me hacía como bromas irónicas, no sé si era broma, pero lo parecía, pero a la vez no. Era como pasivo-agresivo, unas bromas pasivo-agresivas muy raras". 

"Yo es que flipo con la gente, cada día flipo más con la gente. ¿Espera que yo sea adivina? Quizá sea fallo mío por no preguntarle, pero igualmente... ¿son formas esas de hablar a alguien?"; reflexiona.

Pero es que la cosa no quedó ahí porque señala que luego le pidieron cuatro pizzas: "Digo: 'Son tres personas, pues cuatro pizzas está bastante bien para cenar'. Le digo: 'Todo entonces, ¿no?'. Y dice: 'No, eso es para llevar, es para los críos. ¿Qué voy a cenar yo pizza?".

"Perdone, caballero, en ningún momento me ha dicho que era para llevar, yo no soy adivina ni sé que tiene hijos y menos aún sé que las pizzas son para ellos", se queja la camarera. 

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy subdirector en El HuffPost España. Junto a todo el equipo, trato de que el medio conserve la esencia que le caracteriza desde su fundación: escuchar a la gente, no importa desde donde nos lea, apostando siempre por nuevos formatos y por el contenido que demanda la calle, tratado siempre con la máxima rigurosidad.

 

Sobre qué temas escribo

Me centro en virales, cultura digital y tendencias sociales, con especial atención a cómo ciertos fenómenos aparentemente ligeros abren la puerta a debates más profundos. Por ejemplo, el reportaje con el que se dio a conocer Alfredo Corell: “La charla de un profesor de universidad que puso en pie a todo un auditorio”. En aquella época, Corell era un desconocido para el gran público, pero a partir de ese artículo, que tuvo cientos de miles de lectores, su popularidad fue creciendo hasta convertirse en uno de los científicos más respetados de España, con galardones como el I Premio CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica.

 

Mi trayectoria

Nací en Valladolid, estudié Periodismo en la Universidad de esa misma ciudad y fui becario en 'El Día de Valladolid'. Luego dejé mi tierra para cursar el Máster de Periodismo de la Universidad Autónoma de Madrid y trabajé un año en 'El País' antes de entrar a formar parte en 2012 del equipo de 'El HuffPost España'. Aquí he sido redactor de hard news, responsable de fin de semana, jefe de la sección de virales y, ahora, subdirector. Entre medias, durante un año fui jefe de redes sociales y multidistribución de contenidos en 'Los40'.

 

Una de mis aficiones es escribir ficción y he sido finalista en dos concursos literarios: el I Concurso de Microrrelatos 5’ y el Premio Internacional de Microtextos Garzón Céspedes.

 


 

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