Pierde su trabajo, su casa y emprende un cambio radical de vida: "Me costó mucho salir del bucle"
"Construyendo una nueva vida después de perderlo todo".

"Día X construyendo una nueva vida después de perderlo todo. Hola, Soy Sandra y hace seis meses perdí mi trabajo y tuve que dejar mi casa porque no podía pagarla. Así que con 26 años, mi compañero de vida peludo y yo metimos nuestras vidas en una maleta y volvimos a casa de mi padre. ¿A que suena divertido?". Así es como empieza Sandra (@sandinthesun) el vlog en redes sociales donde cuenta día a día su cambio de vida.
"Entré en un bucle de autocompasión y enfado conmigo misma que me han tenido bloqueada durante meses. Puedo afirmar que me siento más perdida que nunca, pero hoy he decidido que eso va a cambiar. Hoy empiezo a construir una vida que de verdad me guste, que tenga ganas de despertarme cada mañana para vivirla. Así que vamos allá", relata la creadora de contenido.
Después de años viviendo en Madrid y Barcelona, estudiar la carrera de Periodismo, un buen trabajo de lo suyo y una vida definida por el camino marcado, las expectativas generacionales y la autoexigencia, Sandra ha decidido frenar. No es un parón definitivo, ni una huida, sino más bien un paréntesis que le ha permitido darse cuenta de que ese guion vital no era el suyo.
Hoy se prepara para mudarse a un pequeño pueblo del Pirineo aragonés, dejar la ciudad y replantearse su vida desde cero. Pero más allá del cambio geográfico, lo que ha hecho Sandra es romper una barrera mental: enfrentarse a sus miedos, derrocar creencias heredadas y atreverse a vivir una vida no más clara, ni más fácil, pero sí más suya. Aunque eso sí, el proceso no ha sido fácil.

"A mí lo que me pasó es que yo siempre he sido como muy exigente conmigo misma, siempre como que conseguí las cosas rápido e hice lo que se suponía que se tenía que hacer. O sea, yo estudié la carrera, encontré un trabajo, me independicé súper joven y me fui a vivir a Madrid con un trabajo súper bueno. Entonces claro, cuando de repente volví y no encontraba mi sitio, no encontraba un trabajo y al final me tuve que volver a casa de mi padre... pues yo he sentido que lo he perdido todo", explica Sandra.
"Que yo entiendo que hay gente que me ha dicho: eso no es perderlo todo. Claro, claro, evidentemente no es perderlo todo, hay cosas peores, pero para mí sí que fue un shock. Un fracaso conmigo misma", aclara la catalana.
Las expectativas generacionales
Reconoce que, como a muchos de su generación, le pesa el contraste entre lo que se nos prometió y lo que ha sido. "También pesan mucho las expectativas de nuestra generación, yo pensaba que haciendo tu carrera, independizándote, montando tu negocio, siendo responsable, trabajando... pues llegabas luego al punto en el que tenías tu casa y ya está. Al final os han metido eso en la cabeza, nos han vendido un poco eso, y cuando tras seguir todos los pasos de repente vi que no era así, pues fue un momento de shock de: ¿y ahora qué hago?", confiesa la tiktoker.
Esa idea —la promesa del optimista futuro que nos esperaba— le ha impuesto un gran peso. "También venimos de ver cómo han vivido nuestros padres, que ellos sí que se compraron una casa súper jóvenes y, al menos mi ejemplo, es que mis padres tienen el mismo trabajo desde hace 30 años, han conseguido los dos su casa, una estabilidad y han podido criar a dos hijos. Tú lo ves y dices: ¿Cómo? Con la edad que yo tengo ellos ya tenían toda una vida montada", censura.
"Entonces sí que influyen mucho las expectativas. En teoría, siempre nos dijeron que a nosotros nos tendría que haber ido aún mejor que a ellos. 'No, es que vosotros vais a poder tener estudios superiores y tendréis más dinero, tendréis más posibilidades, el inglés, viajar... Tú estudia y todo te irá bien'. Te metieron esa idea en la cabeza y de repente dices: Eso no ha pasado, ¿dónde está esa vida?", reflexiona.

Pero ante tras unos meses de mucha incertidumbre, ahora Sandra Lleida tiene hay un plan, aunque éste suene improvisado. Y sobre todo, hay una convicción fuerte: no quiere volver al bucle que la dejó agotada.
"A mí me costó mucho salir del bucle. No quiero conformarme con una vida que no me hace feliz solo porque es estable. Y ahora estoy un poco como a ver qué pasa, porque están cambiando muchísimas cosas. Lo que sí que he decidido es que no quiero seguir en bucle, que lo que quiero es moverme y a ver qué pasa. Que las oportunidades no vienen del cielo", afirma la catalana.
"O sea, no tengo un camino como súper claro. Estoy contando mi historia en redes, estoy buscando teletrabajo, estoy intentando irme a vivir a un pueblo del Pirineo y a ver qué sale. Y si luego al cabo de tres meses cambian las cosas y cambio de dirección, pues bueno, no pasa nada, pero al menos empezar a moverme. Esa es mi idea ahora", cuenta.
"Entonces, mi filosofía es un poco que solo tienes una vida, que realmente a nadie le importa tanto lo que estás haciendo. O sea, ¿qué más da? Pues que me voy a aprobar a un pueblo y nada es definitivo. A mí me consuela mucho el hecho de decir: no estoy tomando la decisión de mi vida, simplemente voy a probar. Entonces, voy a Huesca, pruebo, y si es el pueblo de mi vida y el trabajo de mi vida y me quiero quedar allí, genial. ¿Qué no? Pues vuelves a probar", recalca la creadora de contenido..
Una decisión por encima del miedo
En lugar de quedarse estancada en esa comparación, decidió tomar las riendas. "Al final veía que tenía dos opciones: o me conformo con una vida que no me gusta y me quejo toda la vida y no soy feliz, básicamente; o intento buscar una alternativa. Además, que creo que volver a lo que está establecido siempre puedes volver", razona la tiktoker.
"Y ya viendo que no va a suceder lo que pensábamos que iba a suceder, o sea, que yo con 30 años no me voy a poder comprar una casa, bueno pues ya está, pues vamos a jugar, vamos a probar y a ver qué cosas nos encontramos", proclama la catalana.
Aún así, reconoce que el miedo es un lastre que la ha acompañado, hasta que por fin ha decidido lanzarse y enfrentarlo, lo que califica como su mayor aprendizaje: "Una de mis máximas ahora, que también es un poco Mr. Wondefull, es la típica frase esta de: aunque tengas miedo, hazlo con miedo. Cuantas más cosas hagas que te dan miedo menos miedo vas a tener".
"Quizás eso ha sido lo más duro de todo, el miedo este a perder lo 'seguro' que tienes, aunque eso que tienes sea algo que no te hace feliz. Piensas: ahora en realidad tengo una estabilidad, tengo un trabajo que me da un sueldo a final de mes y tengo una casa donde estoy bien y donde estoy ahorrando realmente", recuerda Lleida.
"A veces te asalta un poco el pensamiento ese de: quizás me estoy viendo arriba y me estoy queriendo ir a una vida más, a complicarme la vida, cuando al final esto es estable y es fácil, no me da problemas. Entonces, lo más difícil yo creo que fue el cambio de chip de decir: no, no me quiero conformar con esto porque esto no es lo que yo quiero hacer con mi vida", asegura la catalana.

Además, a nivel práctico, Lleida asegura que la mayor dificultad es el tema de la vivienda. "Lo que está siendo más difícil es encontrar casa, porque trabajo sí que hay mucho pero con las casas hay muchísima demanda y muy poca oferta. Me han dicho que lo mejor es ir allí directamente, que en estos sitios todo es boca a boca. Así que si no encuentro algo desde aquí, en junio me iré con mi furgoneta y buscaré desde allí", apunta la tiktoker.
Cuando le preguntan qué consejo daría a alguien que quiere cambiar de vida pero no se atreve, lo tiene claro: "Yo lo que les diría es que no intenten cumplir las expectativas de nadie, que vayas más adentro de ellos mismos y se pregunten: vale, ¿a mí qué me hace feliz?".
"Es que es muy fácil decir: venga, pues atrévete. Pero no, no se trata de romperlo todo ni de hacer locuras. Se trata de mirar hacia adentro y acercarte poco a poco a la vida que para ti tiene sentido. E incluso aunque ahora no puedes dar el paso, que al menos tengas claro hacia dónde quieres caminar. Hay muchos factores a tener en cuenta antes de dar un consejo, pero yo creo que sobre todo es eso: tomarte la vida más como algo que es tuyo".
En redes, su historia ha conectado con miles de personas. No por grandes lecciones ni frases inspiracionales, sino por lo sencillo: mostrar su proceso día a día, tal y como es. "Ha sido muy gratificante mostrarme como soy y ver que la gente conecta. Después de tantas vueltas y tanto contenido distinto, al final lo que ha tenido éxito es ser yo misma".
Esa es su brújula ahora, escuchar lo que le mueve por dentro. "Para mí no ha habido como un momento decisivo, fue más el ir dándome cuenta poco a poco de que lo único que me estaba impidiendo coger la dirección que quería era mi cabeza. Y al darme cuenta de eso cambié el chip y ya fue como todo rodado, fue como desbloquearme", reflexiona.
En ese intento no hay promesas, caminos marcados ni recetas mágicas, pero sí una intuición poderosa: "Necesito una vida en la que pueda respirar".