Un estudiante de noveno grado ha recibido un duro varapalo por parte del director de su propia escuela tras rechazar la beca que una organización le había dado a su estudiante. 

En España, si se hiciera eco esta noticia se habría hecho una pregunta: ¿Por qué el director lo ha rechazado y por qué tiene que decidir el futuro de su estudiante? Al menos, se hubiera generado un intenso debate.

La Asociación de Pensadores Independientes de la Región de Helsinki alucinó de que la beca que otorgó al estudiante fuera devuelta. Según el presidente de esta organización, Esa Ylikoski, el director justificó el motivo con que "los objetivos de la organización son demasiado ambiciosos".

Sin embargo, ha aclarado en el medio finlandés Is, que a día de hoy no ha especificado todavía cuáles son los objetivos que considera ambiciosos. Entre otros, estos objetivos incluyen el abandono del sistema eclesiástico estatal y la igualdad de todas las opiniones.

Según el propio Ylikoski, ha sido la primera vez que no es aceptada una beca de la organización. "Es decepcionante, hay una ligera preocupación aquí cuando hablamos del endurecimiento de las actitudes", ha añadido.

En resumidas cuentas, mientras no especifique qué objetivos son "demasiado ambiciosos", da que pensar que el director rechazó la beca de su alumno porque le dio la gana.

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