Mercedes Alaya: Una juez fría, inquisitiva, distante, trabajadora y alérgica a la prensa

Mercedes Alaya: Una juez fría, inquisitiva, distante, trabajadora y alérgica a la prensa

EFE

Mira directamente a los imputados. No se cansa de preguntar y repreguntar cuando no le convencen sus explicaciones. Excesivamente inquisitiva. Trabajadora hasta la extenuación. Tiene una forma particular de llevar los casos. Siempre impecable y con su maleta llena de documentos. Tiene un club de fans con más de 40.000 seguidores en Facebook. Ella es, simplemente, Mercedes Carmen Alaya Rodríguez.

Se ha convertido en la magistrada que acapara más flashes en toda España. A pesar de su aspecto tímido y su alergia a hacer declaraciones, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla es la nueva ‘juez estrella’ -término del que siempre recelan en el mundo de la judicatura- y la pesadilla de la parte más oscura de la Junta de Andalucía y del sindicalismo de esta comunidad por el caso de los ERE fraudulentos.

A ella no le tiembla el pulso y no es una novata en sala. Según explican fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Alaya ingresó en la carrera judicial en 1988, con tan solo 25 años. Su primer destino fue el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Carmona (Sevilla), donde ejerció durante dos años. De allí saltó al de Instrucción número 4 de Fuengirola (Málaga), en el que estuvo hasta 1992. Ese año, el de la Exposición Universal, regresó a su Sevilla natal (su familia es de Écija).

¿QUÉ PASA EN EL JUZGADO NÚMERO 6?

En 1998 recaló en el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, la sala que le ha catapultado a las portadas. Pero, ¿qué está pasando allí? En el TSJA reconocen que es el lugar donde se están investigando “los asuntos de corrupción más conocidos de la comunidad”. En concreto, instruye el caso de los ERE, relativo al procedimiento para la concesión de ayudas sociolaborales con cargo a los fondos de la Junta de Andalucía.

Hasta el momento, en esta causa ha imputado a más de 120 personas, entre ellos varios cargos y exresponsables del Gobierno autonómico como Magdalena Álvarez, a la que ha vuelto a citar este jueves. Además, la jueza ha apuntado a los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán en un polémico auto, en el que desarrolló una extraña figura jurídica que nadie ha sabido definir y que les invitaba a imputarse personalmente.

El número de tomos sobre esta causa sobrepasa el centenar, comentan desde el Tribunal Superior, que tiene contabilizadas tantas piezas separadas como empresas investigadas.

No se queda ahí su labor. También lleva la magistrada la causa de Mercasevilla -que dio origen a la investigación sobre los ERE- y que está relacionada con la presunta adjudicación irregular a la empresa Sando del concurso para la venta de los terrenos de Mercasevilla. Esta parte acumula ya 10 imputados. Por otro lado, la juez está tirando del hilo de un supuesto delito societario en el que hay otros tres imputados. Esto se traduce en una investigación de más de 4.000 folios de una compleja documentación contable.

Y no hay dos sin una tercera macrocausa. En este juzgado se instruye asimismo el conocido caso Lopera, por un delito societario contra el que fuera presidente del Real Betis, causa que suma 25 tomos y más de 16.500 folios. A este proceso, se suma el caso Oliver, en el que se investigan presuntas irregularidades en la compra del accionariado del club verdiblanco.

Todo esto tiene entre manos Alaya. Una carga solo apta para gente con el trabajo en los genes como ella, como reconocen algunos compañeros y abogados sevillanos. No obstante, esta 'dama de hierro' de la magistratura se tuvo que dar de baja casi seis meses por unos fortísimos dolores de cabeza, que la llevaron a estar hospitalizada. En marzo volvió al trabajo con más fuerza que nunca y dispuesta a dar el “paso cualitativo” en el caso de los ERE, como ella misma defendió en un auto en julio con motivo de la imputación de una veintena de cargos y exresponsables de la Junta de Andalucía.

UNA JUEZ “FRÍA Y BRAVA”

¿Cómo es Alaya dentro de la sala? “Ella es, sin duda, brava. Es como si te enfrentaras a un Miura. Hay que tratarla con mano izquierda y llegar a una entente”, dice a El Huffington Post el abogado de uno de los principales imputados del caso de los ERE y que prefiere permanecer en el anonimato.

Alaya es “excesivamente inquisitiva” durante las declaraciones, agrega este letrado, quien relata que si no está conforme con lo que está respondiendo un acusado, “sigue y sigue preguntando lo mismo”. “Tiene una forma particular”, recalca.

En este punto, el abogado reconoce que las “declaraciones son especiales con ella por su forma de interrogar”. Esto hace que se conviertan en un “continuos debates dialécticos” y la instrucción se haga “muy pesada”. Su enfrentamiento con Álvarez, por ejemplo, se convirtió en un auténtico curso avanzado de Derecho Administrativo.

La juez tiene una “forma de ser muy particular”. Puede estar hasta las siete de la mañana trabajando y, otra veces, cita a los abogados y aparece una hora más tarde. Esta última costumbre la está rebajando después de las quejas presentadas por varios de ellos. “No es indiferente a nadie. Con un grupo de abogados tiene una relación fluida y con otros mucho peor. Es algo que no disimula”, dice este letrado, quien considera que “se podía haber ahorrado alguna detención”.

Ha llegado a decir a algún abogado durante alguna vista la expresión “conociendo sus antecedentes”. “Ella no olvida”, agrega este letrado, que dice mantener una relación correcta con la magistrada Alaya. “Es muy distante, probablemente sea muy tímida y lleva una coraza”, sostiene sobre esta magistrada, una de las vecinas más famosas del sevillano barrio de Nervión.

UNA COMPAÑERA “SERIA Y MUY TRABAJADORA”

Lo que en el ámbito judicial tienen muy claro es que es una gran currante. En una conversación con El Huffington Post, el decano de los Jueces de Sevilla, Francisco Guerrero, la define como una compañera que es una gran trabajadora, seria y lleva asuntos muy complicados”.

“Hay que comprender esta situación”, reflexiona Guerrero, quien cree que esto conlleva también un “esfuerzo en lo personal y lo familiar”. Alaya, que ha cumplido este año cincuenta años, es madre de cuatro hijos.

Para el decano de los Jueces de Sevilla, la “trascendencia pública de los magistrados deben ser sus resoluciones”. La Junta de Jueces de Instrucción de esta ciudad emitió hace unos días un comunicado de apoyo a Alaya tras haber insultada por un grupo de sindicalistas al grito de “fea, hortera y pepera”.

TRATA “FATAL” A LA PRENSA

La relación entre Alaya y los periodistas que cubren la información judicial en Sevilla no es buena, según explica una informadora que lleva décadas dedicada a este tipo de temas. “Nos trata fatal”, dice a la vez que comenta que es “muy antipática” con los que habitualmente siguen sus causas.

Tratar con ella es “absolutamente imposible” para los periodistas que están atentos a sus instrucciones judiciales. En este punto, hace hincapié en la diferencia a la hora de poder ejercer su trabajo en casos como el de Marta del Castillo, en el que se dan facilidades a la prensa para informar, y las macrocausas de Alaya.

Esta magistrada quiere tener a la prensa lejos de su despacho y ha llegado incluso a alegar que los medios hacían “mucho ruido” para que no estuvieran en la planta desde donde dirige las investigaciones. No obstante, esta periodista reconoce que hay que comprender también la tensión de la magistrada.

DARDOS POLÍTICOS Y POLÉMICAS

El nombre de Alaya no solo suena en los corrillos judiciales, sino que también circula por las declaraciones políticas. Desde las filas socialistas no se duda en hacer notar que sus movimientos judiciales suelen coincidir con momentos y procesos delicados en la federación andaluza, la más grande de España y conocida como el ‘corazón’ del partido. “Un auto inclasificable e insólito”, dijo el expresidente Griñán sobre el dictado por Alaya que le empujaba hacia la imputación. Algunos dirigentes socialistas han llegado a apuntar en público la “sintonía” entre Alaya y el Partido Popular.

En cambio, el Partido Popular ha salido a defender a la jueza en cuanto su nombre ha llegado al campo político. El dirigente Esteban González Pons pidió ante las cámaras a Alfredo Pérez Rubalcaba que rectificara su postura y apoyara públicamente a la jueza Alaya en su investigación por el caso de los ERE.

Polémicas judiciales, políticas … y personales. Un abogado intentó recusarla y apartarla del caso Mercasevilla porque el marido de la magistrada, Jorge Castro, fue el auditor de la empresa municipal hasta junio de 2002, solo tres meses antes del inicio de la investigación por delitos económicos. Finalmente, no lo consiguió y Alaya sigue al frente de esta macrocausa.

Ella continúa su tarea, entregada a los miles de folios, fría, distante, levantando odios y pasiones, sin hacer ninguna declaración. Ella es Mercedes Alaya (y lee todo lo que se publica sobre ella).

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