Y se desataron todos los infiernos fiscales

Y se desataron todos los infiernos fiscales

EFE

Un descenso a las profundidades de la responsabilidad ciudadana.

Primer círculo del infierno

¡Con los impuestos hemos topado! Acompáñeme, estimado contribuyente, por esta catábasis hacia las catacumbas de nuestro averiado razonamiento fiscal. Yo seré su cicerone y espero que la lectura de esta columna de opinión no sea gravosa. ¡Vamos pal infierno!

Segundo círculo

El Partido Popular ha emprendido una campaña para eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones en Andalucía. La operación antifiscal está preñada de mentiras, por eso no vamos a rebatirlas una por una; al Pandemónium se viene a lidiar con calumnias que muchos seguirán creyendo a pies juntillas.

Este paseo le mostrará el hedor que desprende el aliento de la intelligentsia evasora, el intenso olor a azufre que se extiende por la hacienda pública.

Tercer círculo

Mi admirado filósofo Peter Sloterdijk no estuvo muy fino al plantear, como experimento mental, una sociedad con impuestos voluntarios. La "fiscalidad voluntaria" es un oxímoron, al igual que el "egoísmo racional" o mi favorito: follar en nombre de la virginidad. La idea infantiloide ha corrido como la pólvora, con más o menos razón: "Yo no quiero pagar". El pseudodebate tributario actual ha enterrado la nobleza de la antigua resistencia impositiva: ¡No hay tributación sin representación!

Cuarto círculo

Subir impuestos es de izquierda, de derecha y de centro. Bajarlos también. Y mantenerlos tal y como están. Así es la ideología. Según la mitología del gravamen, el impuesto de sucesiones es injusto porque se paga tres veces. Habría que preguntarse si el argumento "inapelable" del repago sirve para el llamado impuesto al sol y sobre todo para el copago sanitario. Los impuestos no son buenos o malos por el número de veces que se cobran, al igual que los salarios no son altos o bajos porque tengan doce o catorce pagas. Analicemos los impuestos uno a uno y evitemos que nos afecten los engañosos casos particulares que tratan de remover sentimientos (en lugar de conciencias) en la red.

Quinto círculo

¿Qué son los impuestos, sino las dádivas que recibe el Estado para que el liberalismo libertario se sienta robado y mancillado? Esos adalides de la libertad individual siempre pueden gritar henchidos de orgullo: "¡No con el dinero de mis impuestos!" No sé quién escuchará su mensaje, ya que su utopía libertaria carece de inversión pública (en infraestructuras, telecomunicaciones, etc). Tendrían que rezar a la iniciativa privada.

Sexto círculo

El supuesto demócrata que vive ofuscado por los impuestos se ha enamorado de la timocracia, solo que aún no lo sabe ("El dinero manda, salvo que no tenga suficiente para torcer voluntades"). Lo peor de las clases medias y bajas ha salido de su aturdimiento tras la crisis económica. Como sus sueños timócratas se han evaporado, llaman cleptócrata al gobierno: ¡El Estado nos roba! [o también: Espanya ens roba]

Séptimo círculo

El ejercicio del derecho sucesorio no conlleva la exención de las cargas y obligaciones de la herencia. Esto debería ser un axioma. Sin embargo, en esta época de hijos terribles que tiranizan a los padres y de adultos que se comportan como niños, la herencia se percibe como un derecho divino sin obligaciones de ninguna clase. Los padres vivirían única y exclusivamente para que sus hijos usufructúen los bienes que les dejan en herencia. ¿Qué otro sentido podría tener la vida para el enfant terrible que se adueña del maná familiar?

Octavo círculo

En el contexto de un mercado laboral quebrado y de una crisis económica sin final aparente, el ciudadano de clase media y baja lucha por las migas: la herencia familiar. Ciertamente, hay que armonizar este impuesto y someterlo a crítica, pero solicitar una bajada de impuestos no es lo mismo que exigir eliminarlos, igual que no es lo mismo atacar a este gobierno que detestar cualquier tipo de gobierno.

Hablar de herencias y testamentos siempre tuvo algo de práctica carroñera. Exigir de forma innegociable los bienes y olvidarse tanto del contrato social como de la responsabilidad ciudadana es un vicio necrófago.

Noveno círculo

El demonio está en los detalles... como en la curva de Laffer, según la cual una bajada de impuestos puede dar lugar a un aumento de la recaudación. Bertrand Russell decía que podemos lograr cualquier resultado a partir de una premisa falsa (como 2+2=5); con la engañosa curva de Laffer, si bajamos los impuestos hasta llegar a cero, la recaudación será máxima.

¿Absurdo, verdad? Desde luego, como muchas de las sulfurosas vindicaciones hereditarias.

Décimo círculo del infierno

¿No eran nueve círculos, según Dante?

Seguro que el décimo no consta en los mapas porque, de acuerdo con el populismo anti-recaudatorio, el hijo del diablo tuvo que renunciar a esta parte de la herencia.