Un camino de sombras e incertidumbres tras la denuncia de Hermoso a Rubiales

Un camino de sombras e incertidumbres tras la denuncia de Hermoso a Rubiales

El paso dado por la jugadora, como le planteaba la Fiscalía, lleva el 'caso Rubiales' a una dimensión por la vía penal. En una situación extrema, podría haber sanción de cárcel para el expresidente de la RFEF, pero la causa promete demorarse en el tiempo.

Luis Rubiales, en una imagen de archivoOscar J. Barroso vía Getty Images

Ocho días después, Jenni Hermoso decidió denunciar y, con su acto, llevar el 'caso Rubiales' a una nueva dimensión. La futbolista madrileña siguió las indicaciones de la Fiscalía y el martes prestó testimonio y formalizó su denuncia al expresidente de la RFEF precisamente ante el Ministerio Público.

La noticia se ha conocido un día más tarde y abre las puertas de par en par a la vía penal. Necesitada de que la futbolista llevase la iniciativa en la causa por no ser una víctima necesitada de 'especial protección' su acción, ahora la Fiscalía de la Audiencia Nacional ya puede trabajar en una querella contra el mandatario granadino, tras abrir diligencias por un presunto delito de agresión sexual el pasado lunes 28 de agosto.

El texto, que verá la luz "en el menor tiempo posible", reconocen fuentes del organismo, pasará directamente a la Audiencia Nacional, la competente para tramitar un presunto delito cometido por un español en el extranjero. El Gobierno tiene prisa y el Ministerio Público no iba a ser menos, tras casi tres semanas de escándalo.

Hermoso ratifica su versión

Del contenido de la declaración y el documento legal firmados por Hermoso se empiezan a saber detalles, tras conocerse que ambos se dieron ante la Fiscalía General del Estado (y no la de la AN) para "proteger" su "privacidad". 

La Cadena SER ha adelantado que la futbolista ratificó su versión del comunicado del viernes 25, en el que afirmó haberse sentido "vulnerable y víctima de una agresión" y que el beso no fue consentido. Todo ello encajaría en la definición de la agresión sexual alegada por el Ministerio Público.

Precisamente, el testimonio previo de Jenni a través de sus redes fue el elemento que terminó de decantar a la Fiscalía para abrir las diligencias. La teniente fiscal de la AN, Marta Durántez Gil, lo justificaba así: "Atendido el momento extraprocesal en el que nos encontramos y lo inequívoco de sus declaraciones, es preciso determinar la trascendencia jurídica de las mismas".

Lo que espera a partir de ahora

Conocidos los hechos, no es un cliché decir que ahora el asunto alcanza una nueva dimensión, porque se inicia un procedimiento farragoso y complejo por la vía penal, en el que también hay bastante incertidumbre. Al tratarse de un presunto delito de agresión sexual —así constaba en el texto inicial de la Fiscalía, en el que anunciaban que abrían diligencias— recogido en el artículo 178 del Código Penal el peor de los escenarios conllevaría una pena de prisión de 1 a 4 años.

Es mucho suponer a estas alturas. Porque podría no haber ni juicio o, de haberlo, que Rubiales quedase absuelto o sancionado con una pena de otra naturaleza, entre posibles atenuantes también recogidos en el último punto del citado art.178, "en atención a la menor entidad del hecho y a las circunstancias personales del culpable". 

Todo está en el aire, salvo la certeza de que viene un procedimiento extenso. Primero debe decidir la Audiencia Nacional, que tiene dos meses para valorar si admite a trámite la denuncia o no. Y en caso positivo se abrirá una fase de instrucción que deberá contar con los testimonios de las dos partes; esto es, Hermoso y Rubiales. Si la instrucción es considerada 'sencilla' como la situación invita a pensar, se establece una duración máxima de 6 meses, que se elevaría hasta los 18 meses si se estimase 'compleja'. 

El horizonte del juicio es cuanto menos lejano.

Y mientras, la otra 'vía' contra Rubiales

Aún así, la mera hipótesis de una condena privativa de libertad se aleja mucho de la  repercusión de la vía deportivo-administrativa que estaba siguiendo el caso hasta ahora. Este iter se mantiene, con Rubiales suspendido temporalmente de sus funciones por parte de la FIFA y con la petición en vigor del CSD al TAD para que le suspenda provisionalmente mientras se resuelve el expediente por sus faltas "graves", que no muy graves, argumentó el TAD, afeando tanto el beso no consentido como los tocamientos obscenos en el palco.

A esto, a la decisión del Tribunal Administrativo del Deporte, se agarra Rubiales, que nada más conocer el fallo el pasado viernes lanzó un comunicado prometiendo más batalla legal para demostrar su "inocencia"

Además de pedir "disculpas" por "errores evidentes" y de insistir en que el beso fue "mutuo y consentido", aseguró que "voy a seguir defendiéndome para demostrar la verdad" [...] "con las pruebas, peritajes, documentación... que acreditan la veracidad de lo ocurrido". Un camino que lleva semanas transitando.

De momento, tanto el expresidente como la jugadora guardan silencio, inmersos ambos en un torrente de menciones que no desvía el foco después de casi tres semanas.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es