España se la devuelve a Francia con uno de los alimentos más comunes

España se la devuelve a Francia con uno de los alimentos más comunes

España consiguió una calidad extrema el pasado año.

Regadío en una plantación de patatasSOPA Images

La dura situación que experimenta el sector agrícola en España empieza a percibir, aunque de manera leve, algunos brotes verdes. En concreto, esta mejora en el campo español se debe a uno de los productos de mayor calidad de nuestro país: la patata.

Entre los factores que empujan a creer en esta mejora, destaca el aumento de los precios, el interés europeo en el producto, que ha llamado la atención de potentes empresas en el sector. Esto ha sido provocado por la gran calidad del prducto en España, muy apto tanto para freir como para ser empleado como guarnición.

Uno de los problemas a los que ha tenido que enfrentarse la patata española durante los últimos años ha sido, en primer lugar, la baja cotización (en algunos momentos no cubría ni costes) y poco reconocimiento internacional, sumado a la gran competencia del mercado francés, que vio en España un filón para introducir su producto.

Pero esta situación se ha volteado en este inicio de 2023. Pese a que, a día de hoy, la patata francesa continúa en los principales supermercados españoles, la presencia del producto nacional ha adquirido mayor relevancia, con más y mejores ofertas: para microondas, congelados, cocidas...

España le da la vuelta a la tortilla

Pero el paso adelante de la patata nacional no se ha quedado ahí, sino que también se ha abierto nuevos mercados internacionales, destacando especialmente las exportaciones al mercado francés. Una de las razones para que este 'sorpaso' se haya producido es el maypr interés que han demostrado empresas dedicadas a la fabricación de patatas de bolsa como aperitivo, destacando la calidad de la patata española, como informan desde COAG, según EFE.

El motivo que está generando este auge en el reocnocimiento de la patata española puede tener su explicación en el clima, que provoca una mayor dureza en la patata, y permite que absorba menos aceite que las cultivadas en Francia o Países Bajos, principal competencia española.

La concentración empresarial también supone un termómetro fiable a la hora de comprobar esta mejora en el sector. El pasado año, la empresa leonesa Patatas Hijolusa absorbió la firma Transformados de Patat de Álava, Natuber.

El crecimiento de Hijolusa se evidenció el pasado año, con unas ventas que se tradujeron en 164 millones de kilos de patatas: 90 millones de euros, un 30% más que el año anterior. Patatas Meléndez, otro de los grandes protagonistas en el mercado nacional, invirtió el pasado año 32 millones de euros para situarse como un referente del sector en su objetivo de expandirse en el mercado europeo.

Tal expansión llevó a la empresa a dar el salto a Portugal, bajo la marca Batatas Meléndez, que se asoció con la marca francesa Pom Alliance, con el objetivo de establecer relaciones y abrirse paso de manera definitiva en los principales países del Viejo Continente.

Menos cosecha y más rentabilidad

Pese al incremento de los costes de producción, que ha golpeado a todos los sectores, la patata ha sido uno de los productos que ha salido más beneficiado tras la campaña de 2022. Al haber menos poducción, el gasto ha sido menor y la calidad de las patatas ha aumentado de manera sustancial.

Durante el año 2022, en España se recogieron alrededor de 1,90 millones de toneladas, lo que supone un 7% menos que el anterior ejercicio. Pero no todo son buenas noticias, ya que este año estará marcado por la incertidumbre debido a la disponibilidad de agua destinada al regadío.