Las dos ciudades líderes del aceite de oliva se preparan para lo peor

Las dos ciudades líderes del aceite de oliva se preparan para lo peor

Los agricultores anticipan pérdidas millonarias para la economía local.

La cosecha de aceituna de 2023 será una de las más pequeñas en lo que va de siglo.Patrick Landmann

Córdoba y Jaén, dos de las principales ciudades líderes en la producción de aceite de oliva, se enfrentan a una cruda realidad este año, ya que la reducción de la cosecha de aceitunas será más grave de lo inicialmente previsto. Esta situación ha generado preocupación en el sector olivarero, que calcula ya el impacto sobre la economía local.

En Córdoba, la reducción de la cosecha ha sido especialmente drástica, con una disminución de 143.000 toneladas respecto a la temporada anterior. Miguel Cobos, secretario general de UPA Córdoba, ha calificado la cifra como la segunda peor cosecha de aceite de oliva del siglo, lo que resultará en pérdidas millonarias para la región, como recoge el portal OlimercaCobos también destaca que a pesar de los altos precios que están pagando los consumidores por el aceite de oliva, los agricultores siguen enfrentando dificultades por el aumento del 150% en los costos de producción.

El escenario se agrava también por la escasa disponibilidad de aceitunas en más de 300.000 hectáreas de olivar tradicional de secano, lo que afectará aún más a la producción y a los agricultores. La falta de agua y el cambio climático son factores determinantes en esta disminución de la cosecha, lo que ha llevado a la UPA Córdoba a pedir una reflexión profunda sobre un Plan Hidrológico del Guadalquivir que sea más justo para el olivar tradicional y compense las injusticias previas.

La Unión General de Trabajadores, UGT Fica Jaén, también ha alertado sobre la situación en Jaén, donde se pronostica la pérdida de hasta 2,2 millones de jornales en la campaña de aceituna. Domingo Ocaña, secretario general de UGT Fica Jaén, señaló al portal Olimerca que el año pasado se perdieron 2,3 millones de jornales y que este año se esperan perder otros 2,2 millones, incluyendo empleados del campo y de almazaras.