Una empresa lanza una oferta laboral de hasta 100 horas semanales: "No somos una familia"
Se presenta como un grupo de "camaradas con una misión", que operan mediante la "coopetición", una rivalidad constante para mejorar el rendimiento.

El respeto a los derechos laborales implica garantizar condiciones dignas, seguras y equitativas para los trabajadores, como un salario justo, un horario de trabajo razonable, descansos y vacaciones pagadas. Y, sin embargo, hay empresas que llevan las condiciones al extremo y empleados que, dicen, las aceptan si hay beneficio.
Es lo que defiende una startup de Suiza, que aplica un método que califica de "radical" por el que exige a sus trabajadores que den hasta 100 horas semanales, frente a las 40 ordinarias, un método que, insisten, les funciona. Se trata de la firma Forgis, dedicada a la integración de inteligencia artificial en procesos industriales y con sede en Zúrich, que ha explicado sus condiciones en una oferta laboral en Linkedin, de la que se ha hecho eco el diario Blick. Sin cortarse.
Mientras que la mayoría de los empleadores optan por un tono tranquilizador y atractivo, Forgis opta por un enfoque de choque. "No somos una familia", declaran desde el principio, poniéndose la venda antes de la herida, antes de presentarse como un grupo de "camaradas con una misión", que operan mediante la "coopetición".
¿Pero qué es eso de la coopetición? Pues una estrategia de negocios que combina cooperación y competición entre empresas que son competidoras en el mismo mercado. Se basa en la idea de que, en lugar de verse como enemigos, los competidores pueden colaborar en objetivos comunes para crear valor, como la investigación o el desarrollo de nuevos productos, mientras compiten por la cuota de mercado. Este modelo de "juego de suma no nula" busca beneficiar a todas las partes involucradas, haciendo que el mercado sea más grande en lugar de solo luchar por una porción de él.
La empresa que defiende esta visión se describe un equipo unido, sin duda, pero impulsado por una rivalidad constante para mejorar el rendimiento. En otras palabras, se fomenta la competencia interna.
Sin embargo, a pesar de los estrictos criterios de selección que desgranan en su oferta, que incluyen un título de máster de una institución académica de renombre, el salario anunciado ronda los 5.800 francos suizos al mes (aproximadamente 6.250 euros), una cantidad inferior al salario medio en el país helvético, que se estima en 6.788 francos suizos brutos mensuales o 7.978 euros mensuales, según los datos más recientes de la Oficina Federal de Estadística.
A eso se suma la citada meta de jornadas que pueden llegar a las 100 horas semanales, con sólo algunos domingos destinados al descanso.
Pese a todo, la firma ve como audaz su decisión y dice que da frutos. "En menos de una semana, se recibieron más de cien solicitudes, lo que llevó a Forgis a cerrar su campaña de reclutamiento", expone el diario. Este atractivo probablemente esté vinculado a una ventaja significativa: cada empleado posee hasta el 1% del capital de la empresa al entrar en ella. Si continúa su trayectoria ascendente, esta participación podría incrementar rápidamente el patrimonio neto de sus empleados. Un aliciente más a futuro que a presente.
Lejos del debate español
La empresa suiza va en una línea completamente diferente al debate sobre la jornada laboral en España, que gira en torno a la propuesta de reducirla de las 40 a las 37,5 horas semanales sin recorte salarial, con el objetivo de mejorar la conciliación y la igualdad. La propuesta ha sido objeto de debate en el Congreso y está en proceso de trámite parlamentario, aunque ha habido que empezar de cero después de que el texto de PSOE y Sumar fuera tumbado el pasado septiembre.
Las principales posturas defienden la reducción como un avance social, mientras que algunas voces advierten de los posibles efectos negativos en las empresas, especialmente las PYMES, y la competitividad, apuntando a que otros problemas estructurales, como el desempleo, deben abordarse primero.
