"Antes sí y ahora no": la pesadilla del pueblo más pequeño de España y su pelea con la Administración

"Antes sí y ahora no": la pesadilla del pueblo más pequeño de España y su pelea con la Administración

Ni pueden censar más gente ni pueden llevar a cabo las gestiones más básicas porque llevan 20 años sin secretario.

Javier Bollaín (PP), alcalde de Illán de Vacas, frente a la iglesia del puebloPatricia Donohoe, sección de vídeo de 'El HuffPost'

El censo del Instituto Nacional de Estadística (INE) elaborado en 2022 sitúa a Illán de Vacas (Toledo) como el pueblo más pequeño de España, con tres personas empadronadas, aunque hace 100 años llegaron a estar censadas hasta 80.

Sin embargo, no siempre es así de tranquilo, ya que durante las épocas vacacionales se llena de gente. Incluso, los fines de semana puede haber hasta 25 personas. Son aquellas que acuden para "alejarse del barullo" de las grandes ciudades.

Nada más llegar al lugar, aparece su alcalde, Javier Bollaín (PP), indignado porque no ha recibido el censo electoral necesario para que (los tres) puedan votar el próximo 28 de mayo en las Elecciones Municipales y Autonómicas. Se pone a llamar sin parar, pero nadie se hace cargo del asunto.

Pero no es nada nuevo, asegura el político. El popular lleva años exigiendo una solución a su problema: ni pueden censar más gente ni pueden, siquiera, llevar a cabo las gestiones básicas de un ayuntamiento porque no cuentan con un secretario, el único que puede firmar documentos legales.

En cuanto a Bollaín, el del PP tiene una casa en Majadahonda, un municipio ubicado en el noroeste de la Comunidad de Madrid, a la que asegura no acudir porque allí "no hay quien haga nada, no hay quien aparque, todo es un lío, todo son colas y todo es carísimo". En definitiva, para él la gran ciudad es "abrasadora".

​El pueblo y su (reducida) vida

Illán de Vacas tiene una superficie de 9,15 kilómetros cuadrados, según los datos existentes. Hay una antigua iglesia nada más entrar al diminuto municipio de tan solo tres calles rodeadas de puro campo. Allí se practica la caza y la ganadería.

"Somos familias que llevamos 100 años aquí (…) Yo vivía en Madrid porque trabajaba allí y venía los fines de semana, y ahora que me he jubilado he vuelto. Cuando has vivido en la capital y vienes aquí, te das cuenta de que es mucho mejor vivir aquí, lo otro es una pesadilla", empieza opinando.

En cuanto a la limitación de los servicios, especialmente para las personas mayores, Bollaín asegura que, para su tranquilidad, "en las localidades pequeñas hay mucha más solidaridad" que en otros lugares.

Cebolla, con 3.263 habitantes censados, y Los Cerralbos, con 418, son los dos pueblos colindantes, cada uno en una dirección. En ambos municipios hay tiendas, bares y restaurantes y servicios similares, y es a este primero al que acuden en caso de necesitar asistencia médica.

La ventaja ser tan pocos habitantes es que en Illán de Vacas se tarda "un minuto en votar". El colegio electoral se abre como otros muchos, a las 9:00 horas de la mañana, y, cuando terminan, lo único que tienen que hacer es disfrutar del resto del día. Sin colas, sin esperas.

"Uno de los tres es el presidente de mesa. El juez de paz viene de un pueblo de al lado. Otro hace de secretario para gestionar el papeleo. Se hace una votación secreta y, cuando el censo está totalmente cubierto, se llama a Talavera de la Reina (ubicado a 25 minutos en coche, aproximadamente) o a Toledo (ubicado a 50 minutos en coche, aproximadamente) para cerrar el colegio (...) Se tarda mucho más en contar los votos y en preparar la documentación que en votar", detalla el político.

 “Quien te pide, no te ayuda”

En cuanto al mencionado padrón, Bollaín explica que, debido a un "problema administrativo", no puede haber más gente censada: "Un ayuntamiento tiene que tener un secretario que gestione toda la documentación y que dé fe, porque la firma del alcalde no vale. Llevamos sin secretario 20 años y lo pedimos anualmente como cinco veces".

"Hay algunos secretarios volantes que dan servicio a los pueblos", pero, según explica el mandatario, la Administración de Toledo denegó la posibilidad para Illán de Vacas. "Yo envío la documentación y me la devuelven porque no tiene el sello del secretario", añade.

Según el popular, hay personas que quieren estar registradas como vecinos de este pequeño pueblo toledano y no pueden por este motivo, aunque "hay gente para todo, porque algunos trabajaban aquí y no quieren estar censados porque los servicios (hospitales, tiendas…) que tienen, por ejemplo en Talavera de la Reina, son muchos más grandes".

Otra de las dificultades es que "cada cierto tiempo se instalan servicios informáticos" que nunca llegan a Illán de Vacas, por lo que a la complicada situación se le añade un retraso tecnológico. "Todo son problemas", lamenta exhausto el alcalde de este pequeño municipio toledano.

Bollaín opina que Illán de vacas "es un pueblo muy pequeño" y lo que deberían hacer las Administraciones de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona es "echar una mano". Y es que asegura que, si te pones a llamar por teléfono a Toledo, lugar del que depende la localidad, "nadie te coge el teléfono, y así no hay manera".

"Estamos en una situación de indefensión. Me dijeron que lo arreglarían y no lo han hecho. Para mí no es nada cómodo que la documentación que tengo que presentar, que es una responsabilidad, me la rechacen y que, encima, me sigan sin poner a un secretario para poder entregarla. Es una especie de kafkiana: quién te pide, no te ayuda", reprocha.

"Lo único que puedes gestionar es la angustia de no poder hacer nada porque no tienes ningún medio. Unos días haces eso y otros días la superas y llamas a Toledo donde no te atienden. Mi labor es conseguir que alguien dé una solución a este ayuntamiento y a otros que estén pasando exactamente por lo mismo", señala el político.

Bollaín espera que "después de estas elecciones, tanto los de un lado como los de otro, tengan otra actitud, porque ahora mismo esto no es relevante para ellos". Sin embargo, admite que tiene pocas esperanzas: "Antes por lo menos le recibían, y ahora no; Antes me cogían el teléfono, y ahora no. Antes me decían que me iban a dar una solución, y ahora no". 

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Fotógrafa y periodista. Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Técnica Superior en Imagen e Iluminación. En la actualidad es redactora de El HuffPost, antes en el departamento de redes sociales de Cadena Ser. Contacto: cristina.valdivielso@huffpost.es