Un superviviente del coronavirus en EEUU recibe una factura de 1,1 millones de dólares al salir del hospital

Un superviviente del coronavirus en EEUU recibe una factura de 1,1 millones de dólares al salir del hospital

Ha sucedido en Seattle.

Sorprendente y reveladora la historia que cuenta este sábado del Seattle Times sobre un paciente de 70 años que ha sobrevivido al coronavirus tras pasar dos meses ingresado en el hospital y que, al abandonar el centro médico, recibió una factura de 1,1 millones de dólares.

Concretamente, de 1.122.501,04 dólares desglosados en una factura de, atención, 181 páginas.

“La abrí y dije, joder”, ha explicado Michael Flor, protagonista de esta historia que, por fortuna, tiene final feliz.

Porque Flor no tendrá que pagar nada. Ni siquiera los gastos de bolsillo de su póliza de seguro Medicare Advantage, que podrían haber ascendido a 6.000 dólares.

Todo porque el Congreso de EEUU aprobó una partida de más de 100.000 millones de dólares para ayudar a hospitales y compañías de seguros a sufragar los gastos de la pandemia y alentar a los pacientes a hacerse pruebas, incluso a aquellos que no cuentan con seguro.

“Me siento culpable por sobrevivir”, ha asegurado el paciente

De hecho, la industria de los seguros estima que el coste total de los tratamientos para afrontar el Covid-19 podrían superar los 500.000 millones de dólares.

“Me siento culpable por sobrevivir”, ha asegurado Flor, quien no da crédito al “increíble coste” de los dos meses que ha pasado hospitalizado.

No ha sido el único que se llevó un buen susto al salir del hospital tras estar ingresado por Covid. El escritor David Lat recibió una factura de 320.000 dólares y, por suerte, tampoco tuvo que pagar nada.

Lo que le llamó la atención es que pacientes enfermos de cáncer que estaban en su mismo hospital sí que tuvieron que hacer frente a enormes facturas hospitalarias.

“Sufrir el coronavirus en lugar del cáncer no debería suponer una diferencia en términos de su carga financiera”, escribió Lat tras ser dado de alta. “Lo que uno paga como paciente no debería depender, en esencia, de si su enfermedad tiene un buen publicista”, agregó.