España: una economía pre-parada

España: una economía pre-parada

El último informe de BBVA Research sitúa a España, nuevamente, como la economía más deteriorada por la pandemia. Esta vez, en materia de empleo.

People wait to enter a government-run employment office in Madrid January 3, 2014. The number of registered jobless in Spain fell by 2.24 percent in December from a month earlier, or by 107,570 people, leaving 4.7 million people out of work, dat...Susana Vera / reuters

Ya entrado el mes de septiembre, tras un periodo estival insólito para nuestro país, la economía española se prepara, o así quiere hacerlo, para la recuperación que, tras meses de paralización económica e inactividad sectorial, precisa para salir del atolladero en el que se encuentra inmersa. Una recuperación que, atendiendo a los indicadores macroeconómicos, así como a los precedentes que muestra el país, preocupa mucho a los mandatarios, ante un claro descuelgue de la economía española en su contraste con otras homólogas del bloque comunitario. Y es que, como muestran los últimos datos que recoge el servicio de estudios de BBVA, los últimos estudios sobre el comportamiento del mercado laboral, al igual que con el PIB y otros indicadores, confirman ese peor comportamiento, así como la menor resiliencia y, por tanto, mayor vulnerabilidad de España respecto a otras economías.

Las previsiones que realizaba el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la economía española al inicio del confinamiento situaban la contracción en el 8%. Sin embargo, la incertidumbre, así como ese peor comportamiento de la pandemia, sumado a otra serie de variables que, por la naturaleza desconocida que presentaba esta no podían aproximarse con exactitud, han obligado al organismo a reajustar nuevamente sus pronósticos. Esta vez, deteriorando el escenario futuro para dicha economía. Pues, entre los condicionantes que incluía el pronóstico expuesto por el organismo, la disipación de la pandemia durante el segundo semestre del año era uno de los principales factores a tener en cuenta.

Sin embargo, no solo estamos ante un escenario en el que, finalmente, no se ha disipado, sino que, además, estamos en un escenario en el que esta ha mostrado una mayor intensidad en los últimos meses, desatando una nueva ola de rebrotes que, nuevamente, afectan a la economía en el país. Una nueva ola de rebrotes que, además de deteriorar el escenario previsto para el futuro próximo, sitúan a España, de acuerdo con los indicadores que ofrece la OCDE, como el país más potencialmente afectado ante posibles rebrotes que, en este sentido, obliguen a confinar nuevamente la economía. Todo ello, teniendo en cuenta que, pese a que el pronóstico arroje una contracción del 12%, esta no tiene porqué situarse, finalmente, en dicho nivel; pues, ante lo ocurrido, podríamos ver nuevos reajustes, en este caso, al alza. 

España entraba en esta crisis es muy destacable, teniendo en cuenta que nuestro país no tenía hechos los deberes.

En las últimas semanas, todos los organismos se han ido pronunciando sobre la situación que atraviesa el planeta. Además, entre las autoridades más destacadas, destaca la figura de Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo y autora de unas declaraciones que dejaban más sombras que luces en el horizonte para la economía europea. En este sentido, las palabras de la mandataria del banco central hacían alusión a los mercados, justificando un optimismo exacerbado ante un mal comportamiento de los indicadores macroeconómicos que poco justificaba ese optimismo de los inversores. Una situación que, atendiendo a lo que muestran estos para nuestra economía, en España se acentúa sustancialmente.

Pues, de la misma forma que en otros países, la economía española sufrió una severa contracción durante el segundo trimestre del año. A su vez, dicha contracción se situó, junto a Reino Unido, como la contracción más profunda en todo el planeta. Esto, sumado a otra serie de indicadores que, como el compuesto de la OCDE, vuelven a situar a España en la diana y destacando su pesimista situación -en contraste con la totalidad de economías que, en el indicador, salieron reforzadas-, ensombrecen el futuro de una economía que ya previamente se mostraba muy dañada. Además, si a esto le añadimos el hecho de que, tal y como publicó la OCDE, España es uno de los países que más ha motivado la contracción económica de dicha organización, el elenco de indicadores más recientes sobre la situación económica del país sigue postergando una recuperación que, como en el 2009, se espera, nuevamente, más tardía que en otros países vecinos.

Al igual que le ocurría en la popular moraleja a la cigarra, España se durmió, esperando que la economía se estabilizase y priorizando intereses políticos.

Pero debemos tener en cuenta una cosa. Y es que, pese a que se comenta muy poco sobre ello, la situación en la que España entraba en esta crisis es muy destacable, teniendo en cuenta que nuestro país no tenía hechos los deberes como, en este caso, sí los tenían hechos otras economías a las que ahora llaman frugales. Economías que, aprovechándose del ciclo expansivo y del crecimiento económico, fueron reduciendo, tanto su deuda como el desempleo, en tanto en cuanto España seguía reduciendo su fondo de maniobra; de esta forma, elevando el nivel de deuda hasta límites insospechados; situando el nivel de déficit en el límite impuesto por los Pactos de Estabilidad y Crecimiento (PEC) de la Unión Europea; así como, no atendiendo un desempleo que, en el mejor de los casos, mostraba un 14% de paro estructural, así como un 33% de desempleo juvenil.

Como vemos, al igual que le ocurría en la popular moraleja a la cigarra, España se durmió, esperando que la economía se estabilizase y priorizando intereses políticos, en todas las formaciones políticas, a rigor económico y presupuestario. Todo ello, provocando una mayor vulnerabilidad de la economía española ante shocks que, como el coronavirus, se dan en la economía. Shocks que, valga la redundancia, provocan situaciones en las que España sigue batiendo records en esa carrera por intentar salir de una situación que, a la luz de los datos, por el momento solo va a peor. Y es que, como arroja el último indicador publicado sobre empleo por la entidad bancaria, España, al igual que en otra serie de situaciones como las mencionadas anteriormente, vuelve a situarse como la economía más dañada, liderando la destrucción de empleo en toda Europa. Un desempleo que, cuando todo pase, podría llegar a superar el 20%.