La escena en la que se han fijado algunos no tiene desperdicio: ojo a Sánchez, Ayuso y el rey

La escena en la que se han fijado algunos no tiene desperdicio: ojo a Sánchez, Ayuso y el rey

La cara del monarca parece casual, pero es curiosa.

La Conferencia de Presidentes que se ha celebrado este domingo en la isla de La Palma ha dejado varias imágenes curiosas. Quizá la más llamativa es la conversación que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantuvo con el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que será previsiblemente el nuevo jefe de la oposición.

Pero hay más. Y en otra de esas escenas del día se ha fijado Patrycia Centeno, experta en comunicación no verbal. Tuvo lugar justo cuando Sánchez saludaba a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

En ese preciso momento, el rey Felipe VI, que se encontraba a escasos metros, se dio la vuelta y puso una cara muy expresiva que ha dado mucho juego, a pesar de que parece una simple casualidad.

“La sonrisa de desagrado/asco de Sánchez al saludar a Ayuso pero sobre todo la cara del rey mientras lo espera”, ha escrito centeno.

El detalle ha generado reacciones como estas:

Por lo demás, la Conferencia de Presidentes ha logrado poner de acuerdo a todos los mandatarios autonómicos y al Gobierno central en un declaración, que algunos líderes regionales han calificado “de mínimos”, cerrando filas en la respuesta a la crisis de Ucrania, aunque varios presidentes han reclamado una mayor concreción sobre las medidas a tomar.

Precisamente, la crisis provocada por la invasión de Rusia a Ucrania había hecho que esta fuera la primera Conferencia de Presidentes presencial al que iba a acudir el líder catalán, Pere Aragonés, lo que ha convertido esta Cumbre de La Palma en una foto inédita hasta el momento.

En este contexto, Sánchez ya había adelantado en una declaración conjunta con el presidente canario, Ángel Víctor Torres, las líneas estratégicas que plantearía posteriormente en la cita multilateral con todos los mandatarios autonómicos, que, sobre todo, pasaban en buscar el apoyo unánime para lograr una posición común en Europa para librar el “chantaje energético” de Vladimir Putin.